martes, 22 de marzo de 2011

Pia Tafdrup



 Nació en Copenhague, Dinamarca, en 1952. Ha publicado once libros de poesía:When an Angel Breaks her Silence (Cuando un ángel rompe su silencio), 1981; No Hold (No agarrar), 1982; The Innermost Zone (La zona más íntima), 1983; Spring Tide (Marea viva),1985; White Fever (Fiebre blanca), 1986; The Bridge of Moments (El puente de momentos),1988; The Cristal Forest (El bosque de cristal), 1992; Territorial Song, Jerusalem Cycle (Un ciclo de Jerusalén), 1994; Queen’s Gate (La puerta de la reina), 1998; Thousand Born (Mil nacido),1999 y The Whales in Paris (Las ballenas en París), 2002. En 1989 fue elegida miembro de la Academia Literaria de Dinamarca. Sus poemas han aparecido en cerca de cuarenta publicaciones literarias del Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia y han sido traducidos a diversos idiomas. Recibió el Premio de Literatura del Consejo Nórdico, el más prestigioso premio literario de Escandinavia, por el libro Queen’s Gate.

  
 Caravana
                         A mi hermana

Campos de hielo, bosques de nieve
helada ardiendo bajo la piel
No hay senderos que seguir
sólo llanuras que cruzamos solitarios
y distantes uno detrás del otro
Apenas si levantamos los pies
es la tierra la que nos transporta
Vivimos —
lo que significa:
Luchar contra la muerte
en todas sus formas
Todo lo que decimos será usado en nuestra contra
pero lo mismo pasa con lo que no decimos
Campos de hielo, bosques de nieve
un cielo que oscuro se adensa
como un muro de lamentos
Cielo de nieve, un cementerio judío
piedras blancas por kilómetros
en los pinares de las afueras de Kiev
Por cada copo que contemplo
sueño que lentamente estoy aquí:
alma en la sangre en la nieve en el mundo
Adentro
arder sin escrúpulos
y así, en lo blanco, desaparecer.

La mano de mi madre

Me baño en la quieta luz de una gota
y recuerdo cómo llegué a ser:
Un lapicero puesto en la mano,
la fresca mano de mi madre sobre la mía, cálida.
— Y así nos pusimos a escribir
entrando y saliendo de corales,
un alfabeto submarino de arcos y puntas,
de caracoles espirales, de estrellas marinas,
de blandientes tentáculos de pulpos,
de grutas y formaciones rocosas.
Letras que con sus cilios se abrían paso
vertiginosamente entre lo blanco.
Palabras como lenguados aleteando
y enterrándose en la arena
o anémonas oscilantes con sus cientos de hilos
en un quieto y único movimiento.
Frases como cardúmenes
que se hicieron de aletas y ascendían
y también de alas que en compás se agitaban,
palpitando como mi sangre que a tientas
golpeaba estrellas contra el cielo nocturno del corazón;
fue cuando vi que su mano había soltado la mía,
que yo hacía mucho, escribiendo, me había desasido de ella.

Traducción:     Renato Sandoval y Thomas Boberg

4 comentarios:

  1. Muy buena la poesía , para refexionar . Absolutamente de acuerdo, uno es mas esclavo de lo que calla.
    Gracias editor.
    amelia

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  2. Interesante lo que dice la poeta. La he disfrutado.

    Pedro Altamirano

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  3. Y algo más referido a lo que puso Amelia. Esclavo de lo que calla y también de lo que dice.

    Pedro Altamirano

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  4. Poesía refinada, de escritura elegante, rica en lenguaje metafórico.

    MARITA RAGOZZA

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