Edgar Bayley |
Edgar Maldonado Bayley, quien a partir de 1945 elegiría
el nombre de Edgar Bayley para firmar su obra literaria, nació en Buenos Aires
en 1919. Durante la segunda mitad de los años 40 integró con otros poetas y
pintores uno de los más importantes movimientos de vanguardia de la Argentina , el
"invencionismo" y luego participó en la dirección de poesía Buenos
Aires (1950-1960) y Zona de la Poesía Americana (1953-1954) dos revistas
decisivas en la historia de la poesía de su país.-
Dramaturgo y director teatral, traductor, autor de inclasificables relatos, Bayley fue ante todo poeta y uno de los teóricos que mas profunda y lúcidamente reflexionaron sobre la poesía en América latina. Escribió ocho libros de poemas (En común, La vigilia y el viaje, Ni razón ni palabra, El dia, Celebraciones, Nuevos poemas, Alguien llama y Algunos poemas más), uno de relatos (Vida y memoria del doctor Pi) dos de ensayos (Realidad interna y función de la poesía y Estado de alerta y estado de inocencia) y tres piezas teatrales (Burla de Primavera, Farsa de Isopete, y el sastre y Dulioto), todos ellos reunidos, junto a otros textos no incluidos en libro o inéditos, en el volúmen Obras, publicado por Grijalbo Mondadori en 1999.- Falleció en Buenos Aires en agosto de 1990.-
Dramaturgo y director teatral, traductor, autor de inclasificables relatos, Bayley fue ante todo poeta y uno de los teóricos que mas profunda y lúcidamente reflexionaron sobre la poesía en América latina. Escribió ocho libros de poemas (En común, La vigilia y el viaje, Ni razón ni palabra, El dia, Celebraciones, Nuevos poemas, Alguien llama y Algunos poemas más), uno de relatos (Vida y memoria del doctor Pi) dos de ensayos (Realidad interna y función de la poesía y Estado de alerta y estado de inocencia) y tres piezas teatrales (Burla de Primavera, Farsa de Isopete, y el sastre y Dulioto), todos ellos reunidos, junto a otros textos no incluidos en libro o inéditos, en el volúmen Obras, publicado por Grijalbo Mondadori en 1999.- Falleció en Buenos Aires en agosto de 1990.-
Llego nadando
cuando alguien me escribe yo le escribo
cuando alguien me piensa yo lo pienso
cuando alguien me olvida yo lo olvido
tengo mi corazón la mano la araucaria
alianza y comunión
es mi destino
navego otra vez
este mar me lleva hacia mis bodas
brillo y oscuridad
llego nadando
Todo lo visto y vivido
todo lo visto y vivido
cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa
todo lo visto y vivido
fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía
todo lo visto y vivido
cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza
Certidumbre
un ladrido es un problema de garganta
de corazón más bien
es disonante en un coro de callados
concuerda con el estruendo y la violencia
¿para qué más? ¿qué otra certidumbre?
gota a gota cae el sentido
de las voces y ladridos
las cuerdas vocales han durado
en esta sonora certidumbre
: : : : :
El destino y la única certidumbre: el ladrido.El grito que emerge del silencio.
ResponderEliminarMagnífico poeta, gracias Artesanías.
Ofelia
"Esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría...". Tal vez no, tal vez en ese momento no lo fuera, pero la palabra que dibujó esa mano nos enseñó de vidas secretas y naufragios, de ambrosías y rumbos. Y, sobre todo, nos abrió el cerebro y la puerta para ir a jugar poéticas profundas y vanguardistas.
ResponderEliminarPoeta excepcional, gracias por traerlo. Ha escrito sobre la POESÍA lo que yo , jamás me animaría.
ResponderEliminaramelia
Hondo e inteligente poeta, antisolemne, sin doblez para plantear preguntas que sabía insolubles, con la certeza que el camino es más importante que la meta.
ResponderEliminarExcelente publicación.
MARITA RAGOZZA