ERNESTO RAMÍREZ
Vísceras por el camino
mi cama tenía un acolchado de retazos
que hacía los inviernos sofocantes
y fiebres a las que nunca faltaba
la mano analgésica de mi madre
mi cuarto era un panal de hermanos
y la cocina un morral de guisos y tortas
mi casa tenía un barrio de gente buena
y amigos con los que destripar una pelota
mi calle tenía paraísos y perros vira latas
vecinas cascarrabias y chismosas
y niñas que hacían espabilar las manos
mi barrio tenía calles casas vecinos
paraísos perros cocinas cuartos
amigos hermanos madres y acolchados
también padres devotos de san tinto
que al volver de misa lo llenaban de eses
mi ciudad tenía muchos barrios como aquel
otros donde faltaba lo poco que teníamos
y tres o cuatro donde sobraba lo que sobra
un día marché a conocer otras ciudades
que tenían muchas vecindades dispares
y viví en barrios donde había demasiado
a tal punto que lo usado iba a la vereda
todo se renovaba y sobraba lo anterior
y por sobrar
también sobrábamos los de fuera
y nuestros acolchados de retazos.
NIÑAS QUE HACIAN DESPABILAR LAS MANOS, USTED SÍ QUE ME TRAE RECUERDOS RAMIREZ, AL IGUAL QUE ALDAO, MUCHAS COSAS SIMILARES HEMOS VIVIDO.
ResponderEliminarFELICITACIONES
EDGAR BUSTOS
Me parece que hace mucho que no entro a dejar comentarios pero es difícil en épocas de exámenes. Este poema tiene la magia de un relato. Hermoso
ResponderEliminarAndrea Casas
Me resulta historia conocida. Cercana. Familiar. Como una historia de Gorki. De Benedetti. de Arlt.
ResponderEliminarCon ribetes de Onetti. Con aires y yuyos de la urbe rioplatense. Y las huellas de Ramírez Sañoram. En una Montevideo onírica y real...
Andrés
Hermoso poema donde la nostalgia nos toca la frente aunque sea la nostalgia de otro. Gracias. Andres Velo
ResponderEliminarRamirez tiene ese sello distintivo, tanto en la narrativa como en la poesía. Ese arrastre de frontalidad y ahora esa mezcla con la nostalgia, ese aire que se ocupa de conquistar a los todavía tienen memoria de aquellas cosas.
ResponderEliminarY lo que dice Andrea más arriba es así, este poema tiene la magia de un relato, la intimidad de un sentimiento. Bravo!
Lily Chavez
Con lo que han dicho quienes me precedieron, casi no tengo más nada que decir. Estoy tan de acuerdo con la magia de poema-relato que sólo agregaría que tiene la fibra del tango: un poema que cuenta una historia y transmite su propia música. Me gustó mucho
ResponderEliminarCristina