domingo, 31 de octubre de 2010

Cristina Villanueva 


Sentidos

La distancia entre el
 perfume y la luz
 
 el gusto y el sonido
 
es la piel.
  
El tacto se abre
 
como estrella terrestre
 
 oímos el  luminoso
sonido, la nariz toca
partículas impalpables
ojos en la boca
para gustar.

A veces (no es fácil)
 
ese resplandor llega.
Ángeles caídos
 
rodamos
 
con el rojo brillante de la manzana
 
en el hueco de las alas.

Cristina Villanueva 

3 comentarios:

  1. Me gustó el poema. Mucho...
    me quedo con ese hueco de las alas.


    Lily Chavez

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  2. Ingenioso y muy orginal: un placer para los sentidos. Como todo lo que escribes.
    Marta Zabaleta

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  3. No todos los ángeles caídos podemos rodar tan sensuales y bellos
    Cristina

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