martes, 26 de noviembre de 2013

Ester Mann


Reflexiones íntimas de un gato...


El mundo es extraño. Cuando abrí los ojos a la luz del primer día, en ésta, mi vida actual, comprendí inmediatamente que era un gato...

Siendo humana, creía que la nuestra era la raza superior entre los seres de la creación. Sin embargo, en ese entonces no tenía ningún recuerdo de vidas pasadas.

Ahora que soy un simple gato y no poseo el don de la palabra, puedo recordar que fui una mujer, que nací en Austria en 1920, y que fallecí  37 años después en un pueblo perdido de Sud América.

A pesar de recordar ese lejano pasado, no sé en que lugar del globo me encuentro ni puedo entender la lengua de los humanos. Desconozco la razón. ¿No comprendo este idioma en particular, o es una incapacidad más general?

Creo que mi fino oído, que puede captar el más mínimo ruido, no es capaz de descifrar los sonidos que surgen de las gargantas humanas. Veo a las personas gesticular y oigo sonidos guturales, más parecidos a un gramófono descompuesto que a una voz humana, tal como la recuerdo.

Los observo todo lo posible. El recuerdo de mi vida pasada me permite verlos con una profundidad que no tuve siendo mujer. Ahora no son mis semejantes: los estudio como un naturalista que observa la vida de los osos o monos. Desde afuera veo los gestos, los movimientos y ademanes, escucho eses sonidos ininteligibles en los que sólo puedo descifrar los sentimientos: la ira, la vergüenza, el amor, la falsedad, la alegría. Puedo oler los sentimientos y los estados de ánimo. ¡Es extraordinario saber qué siente una persona sin que tenga importancia lo que dice!!

¡Qué poca cosa me parece ahora la capacidad intelectual sin este talento para comprender el alma!


Me devano los pequeños sesos que tengo para entender la razón por la cual sólo un animal que no tiene la capacidad de hablar, pueda recordar su encarnación anterior, y una persona que podría transmitirlo no posea tal memoria. Quisiera averiguar si otros animales también fueron hombres alguna vez...Pero eso es imposible: no entiendo el lenguaje de los animales, ni siquiera el de los gatos. Sus maullidos expresan cosas concretas, como hambre, miedo, advertencias, etc. No hay una real comunicación.

Observo a la gente ocupada en sus quehaceres diarios, esos trabajos que la humanidad inventó y se impuso a sí misma. Están tan arraigados que se consideran leyes naturales, como la lluvia o el sol!

Yo no poseo ningún bien material fuera de este cuerpo de gato: alimentarlo, darle calor y descanso son mis únicas ocupaciones. ¿Y acaso no sería esa la exclusiva tarea de todo ser vivo?



La humanidad se hambrea, trabaja sin descanso, pasa frío y privaciones, hace guerras, en pos de objetos que ella misma creó, buscando alimento que le es vedado sino tiene dinero para pagarlo, usando vestidos, no para proteger su frágil y endeble cuerpo, sino para impresionar y gustar al resto de sus semejantes.



El mundo es hermoso, rico, generoso... nos brinda gratuitamente alimento para el alma y para el cuerpo. Hay más belleza en el sol poniente, que en cualquier cuadro pintado por una mano humana; una fruta arrancada del árbol es más sabrosa que cualquiera de los manjares envasados y expuestos en los estantes de los negocios.¿Cuál es el sentido de esta civilización humana, que no podría subsistir un solo día sin la esclavitud y la miseria de millones de individuos? ¿Por qué la mente de la gente es tan limitada que le impide mirar a su alrededor con los ojos limpios y comprender la verdad...? Estos pensamientos que me ocupan son demasiado profundos para un gato que no puede escribirlos y publicarlos para enriquecer el espiritu de la humanidad. Si pudiera expresarlos, seguramente los hombres, asombrados, se detendrían en su loca carrera y prestarían atención a esta filosofía gatuna.

¿Y si todos los gatos vieran las cosas como las veo yo? ¿Y si todos los gatos fueran humanos reencarnados? Tal vez eso explique la fascinación de los humanos por los gatos a lo largo de la historia...Bueno, no puedo escribir mis reflexiones ni publicarlas pero creo que he llegado a un descubrimiento crucial en la historia de la población gatuna!!!



                                                                                                    Ester Mann





9 comentarios:

  1. Te había escrito un comentario y se me borró por una mala maniobra mía. Me gustó mucho el cuento, o linda ficción para dar rienda suelta a las ideas. Me gusta mucho ese recurso. Felicitaciones
    Cristina Pailos

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  2. Los felinos representan independencia, sabiduría, paciencia y otras cualidades que parecieran alejarlos de haber sido humanos en vidas pasadas, sin embargo, el juego literario es atractivo y sirve para deshojar verdades, saludos, Carlos Arturo Trinelli

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  3. Gracias por hablar de los gatos. Son libres pero generosos a la hora de absorber las angustias de sus dueños (está entre sus virtudes, de veras). Graciela U.

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  4. Gracias por pensar a lo gato. Es la tercera vez que hago un comentario. Lo adoro y me cuidan. Grandes escritores les tenían gran amor.Tal vez no estén tan lejos de nuestra humanidad, via reencarnación como dices

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  5. Soy Graciela Urcullu. Autora del comentario anterior.Es difícil escribir y que no se borre. Muchos cariños. Ando ocupada y complicada como mi PC.

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  6. Ay , me encantó!!.... si hasta me dió temor que me rasguñara.
    Fantástico Nurit!!

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  7. Me hizo recordar una frase leída no hace mucho que transcribo:En Egipto el gato estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad. Los gatos también eran momificados y todo aquel que se atrevía a matar un gato era acreedor de la pena de muerte.
    Ficción o no ficción la verdad se nos acerca a pasos agigantados
    Celmiro

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  8. Un gato muy observador y con excelentes conclusiones es el que realiza estas reflexiones! Me gustó tu punto de vista, concuerdo con él y me gustan los gatos.

    Saludos desde Chile.

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  9. El ser humano es el único que sabe que ES Y EXISTE. Aún así, hambrea, atropella, mata, golpea, destruye... Muy bien pensado escribir las reflexiones desde la perspectiva de un gato. Estoy convencida que los felinos son una especie que tienen un mundo propio. El de del cuento, demuestra sagacidad y un sentido alerta y real.
    Admiro a los gatos... y los quiero.
    Felicitaciones, Ester y un gran abrazo. Una delicia leer tu cuento gatuno.
    MARITA RAGOZZA

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