ernesto ramírez
perro
hay un perro
cimarrón
que me recorre
desde siempre
masticando las vísceras
que se renuevan
para darle de
comer
mientras éramos
cachorros
no dolía
era como un juego
mordisqueaba sin
herir
mas luego comenzó
a ensañarse
y llegué a
arrastrarme
a quemarme por
dentro para resistir
más tarde se
tornó morboso
desgarraba por
placer
y yo huía por
obligación
desde hace un tiempo
parece calmo
mastica desganado
un poco en las
tripas
otro en el
corazón
a veces en los
testículos
luego en la
cabeza
allí es donde más
se entretiene
se hace el
dormido
cuando un
pensamiento me anima
se abalanza sobre
el
y lo destroza.
Ese señor que repta…
¿es un pájaro?
no, no es un
pájaro
carece del
romanticismo del vuelo
¿es un avión?
no, no es un
avión
pero su avidez es
igual de veloz
¿entonces?
es ese señor que
repta siempre en vertical
por las paredes
de wall street
o las plataformas
de petróleo
por la banda ancha
y el directorio
de los bancos
por el kremlin y
el muro de los lamentos
y por la grúas de
beijing
cruza sin moverse
los océanos
siempre provisto
de S As y Multi Ns
al comienzo
se apoya en los
hombros de los demás
luego pisa sus
cabezas
más tarde y con
gran soltura
repta en vertical
tiene fría la sangre
la
piel
y
el sagrado
sólo mantiene calientes
el lado avaro del
cerebro
y su cuenta
corriente
es artífice del
buen camino
hasta que
evidencia no conducir a nada
entonces repta
hasta la planta baja
y vuele a reptar
a lo alto
con una cabeza
con fez bajo el brazo
no hay nada de
naturaleza verde
que le debilite
ni planeta que
pretenda salvar
su única meta es
arriba
y cuando todo se
hunde
pone su mejor
cara
de iguana con
diarrea
mira
hacia
abajo
y simplemente
dice
“yo no hice nada”
Ernesto o la importancia de llamarse...ese look fotogénito.
ResponderEliminarMe ha gustado la crudeza del perro cimarrón cuyo hambre son los pensamientos.
Un afectuoso saludo
Con crudeza quedan estigmatizados, en un caso, nuestros demonios cimarrones y en el otro los actores del capitalismo salvaje, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminar