El
secreto tatuaje
…;
las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo: las manchas de la
piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones;
De
Tres versiones de Judas
Jorge L Borges
¿Se puede saber la tersura de una piel, expresión del
alma? ¿Se puede presentirla? Creo que siempre se puede, y también cambiarla,
enriquecerla adornarla con nuevas manchas, letras, dibujos, palabras. Se trata
de actualizarse, como la PC.
Nuestra capacidad de ver y verse en los demás está, siempre.
Detrás de un vidrio, de una tupida
cortina de lluvia. O de un tatuaje.
No encontraba pareja que durara hasta que lo vi.
Él no obsequiaba sonrisas, mucho menos palabras. Al
fin lucía aquellas imágenes y estaban allí como siempre, para tragárselas,
digerirlas, metabolizarlas.
Lo seguí hipnotizada
Claro pensé, visual, hipermoderno, se subió a la ola actual.
Muestra su mundo intenta que se vea lo de adentro, ya fuera
pegado a él. Lo dice su piel. ¡Su piel! Allí estaba... Para ser muy tomado en
cuenta… Y, finalmente, admirado. Conmigo si, lo lograste... Te vi, en cuanto
pasaste y fue a causa de los tatuajes que encierran claves de tus más íntimos secretos.
En tu piel conviven todas las formas de tatuaje. En todo
tu cuerpo expuesto. Las imágenes, (tu ser mismo), perforan el alma. Desee tanto
que tatuaras mi nombre en algún rinconcito aún vacante. Te miré hechizada. Lejos
de mi verborragia tu piel escrita me produjo una mudez soñolienta, un
entregarse dormida.
Sin palabras, quería que su piel hablara por él. Supe
que estaba seguro de si. Tenía alma de serpiente.
Lo observaba y finalmente me uní a su camino Ahora te
llevo en la piel y (como la antigua canción) también bajo la piel.
¡Que bueno, que erotizante!
Porque todo habla de lo que tenemos adentro, de lo de afuera. Cada gesto, hacia el mundo y la piel ¡Ay la piel!
Que sensible es. Última posibilidad y para nosotros, suprema, del idioma.
Ninguna mirada justifica esa exposición circense…, opinaron
extraños y extrañados algunos que se cruzaban por nuestro camino…: Bah, no
saben de la onda actual. Aún la más convencional y miope de las miradas puede
descorrer los velos, encontrar el alma. Hay que mirar, mirar, un alma tatuada. Descifrar ese enigma. Se
puede, todo te lo dicen las imágenes. Más o menos como las líneas inscritas en
la yema de tus dedos hablan de que eres único. Pero, una pena, que no se vean,
a simple vista.
Lo repito, quedé hechizada.
Nos encontramos en el bar y de allí a su escueto
departamento sin mediar palabra. Como con un tridente comenzó actuando.
El hizo lo suyo, yo también. Eran aguijones que nos
lastimaban y, nos excitaban.
Aunque se corre el riesgo de arruinar lo mejor;
nuestra sensitiva piel. Siempre se paga un precio. Es ejercicio cotidiano y
maravilloso.
Un acertado equilibrio en el manejo de la ambigüedad bien definido en las líneas finales, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarBien Gra !! que bueno!! No lo pierdas , difícil encontrar a alguien con alma de serpiente!! ABrazo!!
ResponderEliminarMe encantó Graciela. Te atrae y te lleva sin parar al final.
ResponderEliminarMuy bueno .Distinto a lo que conozco de tu narraciones. ¡Te felicito!
María Esther Robledo B
Muy bueno el manejo de imágenes que parecen -parecen- tan reales y sólo develan en un párrafo. Gracias
ResponderEliminarSutil madeja que une, enreda, desanuda, teje es el hilo del amor, que hoy la autora ha logrado con maestría en este relato del encuentro amoroso. Logra transmitir ese desvarío conocido desvarío. como también el sacrificio dulce.
ResponderEliminarMaravilloso. Felicitaciones y saludos.
MARITA RAGOZZA