Cuadratura Del Hambre
Ese hombre, día a día, se deshace en
nostalgia
Se desmadra en soledad de lluvia.
Añora. Evoca. La sed es una clepsidra
seca.
Cuadratura del hambre
Y los pechos, ah, los pechos.
Trepan en enredaderas por las
piernas.
Recorren las caderas.
Se posan en esquivos pezones...
Duelen hasta el sombrero.
Y mira nubes y ve pechos.
Y las manchas de humedad son pechos.
Y los duraznos y los panes…
No alimentan, no nutren, no lactan.
Y muerde las manzanas y muerde
pechos.
Y sorbe, y bebe de los pechos
naranjas.
Subido a la cornisa del deseo.
Multiplica peces y pechos que
no alcanza.
Pecho. Mamá. Mamá. Mama. Co-seno.
El deseo angular intercepta la
circunferencia.
Y dibuja, delinea, traza,
febrilmente, pechos.
Y piensa en las palomas desoladas.
Y le agarra una urgencia, un apremio,
un dolor.
Una orfandad callada de frutos y
culebras.
Y necesita pechos. Esquiva
distancia que no vuelve.
Puñal. Navaja hundida en
el desasosiego.
Y vuelve y destrenza las manos, y descalza
los pies.
Vuelve a ser púber. Niño. Infante.
Ah, chupar con los labios y la
lengua…
Cúbreme. Arrópame. Nútreme.
Y de nuevo, una vez más, ejerce, el
oficio de la espera.
De la espera, el oficio.
Amelia : este oficio da hambre y tus letras apenas lo mitigan.
ResponderEliminarEsa fuerza que desprenden lo multiplican al cuadrado.
Un abrazo
Celmiro
Un texto increíble, Amelia. No es primera vez que lo leo y, nuevamente, me siento subyugada. Precioso.
ResponderEliminarUn gusto siempre el leerte.
Amelia: tu poema es fuerte y decisivo . Me recuerda, entre tantas cosas, el dicho triste popular "lento como esperanza de pobre". Muy bueno
ResponderEliminarGraciela
". .. Y le agarra una urgencia, un apremio, un dolor"
ResponderEliminarLas letras de la autora se hunden en la carne herida por el puñal de la desolación, del desmadre, en el oficio de una espera inaudita.
Otra cuadratura sobre la topología del sufrimiento humano, con un juego fascinante de palabras.
Alta literatura y sensibilidad.
Felicitaciones, Amelia, y cariños.
MARITA RAGOZZA
Un intento logrado por conciliar tradición con vanguardismo, como siempre, un placer su lectura, saludos, Carlos Arturo Trinelli
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