MI ABUELA, LA
CALANDRIA (*)
( La calandria es uno de los pocos pájaros que no migran
y viven por años en el mismo nido)
Las manos de mi abuela campesina. Inquietos jaríllales al
viento.
Denunciantes De historias postergadas. De mujer y labriegos
De calendarios de hambre.
De renuncias. De involuntario exilio.
De extensos quebrachales de miedo.
De rezos, de leyendas, de íconos en sepia.
Mi abuela heredera de mieses y de soles.
Mi abuela flor. Brote, rama, raíz. Fruto
En terrenal alquimia mezcla argamasa y lluvia
En el horno de barro se hace pan el milagro
Y perfuma, perfuma los cielos de la infancia.
Se confunden sus manos con la tierra.
Entierra simientes y dolores.
Casi secretamente
Desgrana semillas de esperanza.
El vellón de oveja desafiante la espera.
En sus manos. Se transforman las nubes.
En calor. En abrigo,
En padre, en madre.
El oro es pajonal y en sutil filigrana, puntadas y sueños se
entrelazan
Surge entonces el nido: un canasto de paja.
Mi abuela es la calandria, la que siempre se queda,
Y canta cuando goza y canta cuando llora.
El viento se detiene para verla bailar
Sus manos se transforman en palomas y sus pies,
En ingrávidos gorriones.
Mi abuela, la calandria, la que siempre se queda
(*) Poema premiado en el Concurso “Pan, amor y Fantasía” (INTA)
BUENOS AIRES
Me encantó! La voz de nuestra calandria, la que nos despertaba en el campo...la que siempre se queda...Muy logrado
ResponderEliminarEste como tu abuela, como la calandria, es un poema que queda.
ResponderEliminarMe encantó
CELMIRO
NO conoci a mi abuela pero mi mama era una calandria del campo, tal cual. Un lujo leerte, un lujo amiga en la poesia
ResponderEliminarCarmenPassano
¡Cuántos aromas e imágenes nos invaden al leer tu poema, Amelia!
ResponderEliminarSe renueva aquel amor de la infancia y nos sentimos mejor.
Gracias por tanta ternura.
Celia.
La abuela es la que esta en vuelo, la que canta, la que baila, la que siempre se queda. Nuestra pertenencia, nuestra raíz. La que me ha señalado el camino de la libertad.
ResponderEliminarGracias Amalia por el recuerdo
Ofelia
No hay comentario que pueda abrazar la belleza del poemam la ternura desplegada, la figura de la abuela-calandria que vendría a ser la figura de la abuela universal. No tuve abuela ni abuelo, una gran ausencia emocional en mi vida. Y ahora lo comprendo en toda su magnitud cuando el no abuelo que me falta se ha convertido en el abuelo que soy.
ResponderEliminarandrés
La poesía tiene el ritmo de lo que sucede en el entrañable recuerdo de aquella abuela, hermoso poema, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarLa abuela calandria, la que se queda para que su canto y su horno de barro dibuje cálidas imágenes imborrables en el presente y en el futuro de quienes recibieron todo ese mundo de amor.Desgranó semillas de esperanza y hoy me hicieron mucho bien.
ResponderEliminarGracias, Amelia
Cristina