Salgo en esta noche oscura que garúa se acentúa y me moja de a poco.
Qué importa. Cada tanto es preciso que el agua fresca me riegue la cara como a los tomates de mi pseudohuerta.
Ya se empapan los zapatos sobrevivientes de mi gran vestuario.
Qué importa. Éso es bueno. Necesito lavar mis culpas y es mejor empezar desde abajo.
Mi piloto azul que pide sustituto no logra que no se saturen de agua helada el sueter que soporta años y los pantalones que piden otros.
Qué importa. Es mucha agua y tengo frío. En el bolsillo debo tener unas monedas... tomo el bondi y regreso a mi cuarto. No. No tengo monedas. Ni una.
Qué importa. Me siento en el umbral de “la Dominguito ”, mi escuela de cuando era chico y espero...¿qué espero? A la señora Estela y le pido un caramelo. ¿y si no está más? Espero .
Qué importa. No hay apuro.
POR EL CONVENTILLO
Pasaje Juárez conventillos de aquéllos, los mentados, como los de los bailes de la “parda Flores”. Sobre la hojarasca, detrás los pasos me cantaban extraños. Chirriaban en sordina. Sonaban mullidos. Ya cerca y de reojo lo fui divisando. Delgado, junco flexible. Pantalón ceñido torneando los músculos de unas piernas medio chuecas. Sombrero de ala tapaba la cara al esquive del tiempo y la vida. Casi a mi lado. Me dio inquietud.. Golpeó la puerta que daba al costado y una vocinglería, corridas y ruido de persianas se abrían cerraban formaban un concierto disparatado. Insistió con los golpes. Lo fisgoneé. Cual soplón experimentado lo espié. Apenas divisé unos bigotes, la cara, no, imposible bajo el ala del sombrero. Al fin entró. Seco sonó el disparo y se desencadenó el final. Volví a mi barrio silbando bajito.
GRACIAS ESTER, GRACIAS PROFESOR, ESTE PIBE RETRAÍDO QUE NO DEJA LA DOCENCIA.
ResponderEliminarUN ABRAZO DESDE ESTA BUENOS AIRES "MÍA".
SONIA
Bellas prosas poéticas y con gusto al Buenos Aires de mi niñez. Gracias, Sonia
ResponderEliminarCon Sonia estamos emparentados en el amor a aquella Reina del Plata que fue, que nos mira desde un pasado arcano y nostálgico. Gracias, querida amiga.
ResponderEliminarDOS textos hermosos que dejan un gusto agridulce en la boca pero que alimentan el ojo y los sentidos,un recuerdo muy vivido del pasado que perdura en su falta.
ResponderEliminarUn abrazo
Celmiro Koryto
Hay en la autora una necesidad de revolver los rincones de ayer y de hoy de esta ciudad que es Buenos Aires y que la tiene pegada en el alma, y como al descuido nos sensibiliza y hechiza.
ResponderEliminarFelicitaciones,Sonia.
MARITA RAGOZZA
La brevedad de los cuentos no impide que la autora desarrolle la nostalgia y juege con el lector. Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarGracias gente amiga
ResponderEliminarEster, Andrés, Celmiro, Marita,Carlos Arturo. Se dice por ahí que se escribe para uno.¿Qué sería si ni un mortal leyera un sola de nuestras líneas y opinara? ¿Igual?
Que ustedes pongan el dedo en una tecla, es un gran mimo que acaricia. Y si viene de lejos, es como si hubiera ido a Ezeiza. Mil gracias.
HAYA PAZ EN EL 2012!!! UN ABRAZO desde mi Buenos Aires querida.
El 24( por mi estricto ateísmo prolongado) tropecé con una baldosa de una calle e mi querida B.A. Ja.