miércoles, 16 de noviembre de 2011

HORACIO DORFMAN: "YO CONFIESO"...




Acabo de finalizar la lectura de Yo Confieso, del escritor catalán Jaume Cabré, un libro excelente, uno de esos que obligan a hablar de Él, no solo por la estética y el contenido, si no básicamente por el tema, la historia del mal.
Como sé que muchos han leído los libros que he recomendado de Jonathan Littell, Las Benévolas, y Vida y Destino de Vasili Grossman, quiero decirles que no son parte de una trilogía, aunque los tres hablan sobre la maldad en Europa.
Los dos primeros, que parecen como dos caras de la misma moneda, y que yo estoy convencido que Littlle no pudo haber escrito su primer libro sin haber antes leído Vida y Destino, hablan de la maldad llevada hasta sus últimas consecuencias. Pero lo peor, lo que hoy todos sabemos aunque lo tapamos, la maldad como producto de la verdad total, la verdad incuestionable, la verdad absoluta, la verdad de las ideas totales, esas que como las religiones son incuestionables, y en nombre de ellas es posible cometer las calamidades más atroces, en nombre de un ser supremo o de objetivos sumamente claros en el terreno de las ideas. Así fueron el comunismo y el fascismo, y ambos para poder poner cimentos a sus ideales fomentaron las ciencias, ya que estas por su funcionamiento con respecto a la verdad servían de andamios en la construcción de sus ideologías.
Lo interesante es que muestran ambos libros lo fácil que es para cada ser humano transitar por el camino del mal, basta tan solo un primer paso y cualquiera de nosotros puede llegar a ser partícipe de las peores atrocidades que nos podamos imaginar, los asesinos fueron hombres, hombres que tuvieron madre y padre, no fueron maquinas, o seres de otro planeta.
Es la animalidad de nuestra humanidad las que nos permite participar de esas orgías trágicas donde siempre hay víctimas y victimarios.
Lo interesante del libro del catalán, es que en el juego de la maldad no están representadas las verdades absolutas como primeras protagonistas de la animalidad, en este libro las maldades grandes y pequeñas, porque obviamente hay distintos niveles de maldad, el primer actor en esta novela es el arte, otro producto de la humanidad, tal vez el que junto con las ciencias más nos aleja de nuestra animalidad.
La música, la literatura, el dibujo son expresiones humanas que aparentemente deberían estar alejadas del mal.
Pero en esta historia, Cabré logra componer un cuento que comienza atrás en el tiempo, con la construcción de un violín, el instrumento tal vez que en su sonido más emociona, pueden algunos acordes arrancar las lagrimas de cualquier ser un poco sensitivo, y esta historia está permanentemente acompañada de los caracteres que decoran la maldad, como la vanidad, la obsesión y el egoísmo. Pero como los otros dos libros, la historia es en Europa, es por eso que la victima siempre es el mismo otro……los judíos.
Cabré, que no tiene nada que ver con los otros dos autores, uno judío, el corresponsal de Estrella Roja, el otro de padre judío, nacido en New York, pero que escribió las Benévolas en Barcelona, pero catalán de adopción, y porque les cuento esto, pues por tener un gran amigo psicólogo que vive cerca de Barcelona, y una vez cambiando opiniones me dijo algo que me dejo pensando…….los catalanes se sienten los judíos de España.
Lo cierto es que últimamente aparecen en Europa expresiones artísticas sobre el tema fantasma, ya que aunque los judíos fueron parte de ese continente durante centurias, hoy están ausentes. El proceso que comenzó en Francia hacia finales del 1100 con la expulsión de los judíos por el rey Felipe Augusto y continuo a finales dl 1200 en Inglaterra, aunque lento no tuvo interrupciones, y es posible decir que a finales del siglo veinte Europa está limpia de judíos.
Sin embargo Amenábar en su película Ágora toca el tema de forma sumamente clara y hasta con alusiones al holocausto, hace muy poco tiempo el autor de las historias de la belleza y la fealdad, Humberto Ecco, ha puesto otra vez el tema sobre la mesa con El Cementerio de Praga.
Es obvio que a pesar de ser un bicho espantoso en su maldad, también somos capaces de crear bellezas como este libro que dan mucho material para pensar.

Horacio Dorfman

5 comentarios:

  1. La "maldad" europea tuvo sus epígonos también en América del Sur. Interesante observación del psicologo catalán. C.A.T.

    ResponderEliminar
  2. No he leído el libro , pero me he enterado que se trata de alta narrativa, y que - según el artículo- apuesta a un tema pendiente por parte de Europa y por lo tanto de toda la historia de Occidente.
    Voy a tratar de buscar la película Ágora.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar
  3. He visto la película Agora, he leído -con mucho esfuerzo de mis manos, pues es enorme- "Las benévolas". Y si, no hay país o territorio que se libre de la maldad humana. También en la América precolombina hubo conquistadores, torturas, prisiones y guerras. Es prerrogativa humana, aunque no nos honre, la capacidad y el deseo de matar, de infligir daño. A lo largo de la historia ha habido muchas excusas...Y pensar que a los 15 años amaba a Mayacovski y a Whitman por su exaltación del hombre!!

    ResponderEliminar
  4. El "mal", la maldad, la persecución no se remite ni se concentra en el continente europeo. El avasallamiento en las "Indias" luego del descubrimiento de América es una suma de crímenes horrorosos. La persecución de los judíos es un hecho irreversible. Pero del análisis de Horacio Dorfman podemos escribir, sin temor a equivocarnos, que no se puede reducir el campo de la maldad sólo contra los judíos:
    "Lo interesante es que muestran ambos libros lo "fácil que es para cada ser humano transitar por el "camino del mal, basta tan solo un primer paso y "cualquiera de nosotros puede llegar a ser partícipe "de las peores atrocidades que nos podamos imaginar, "los asesinos fueron hombres, hombres que tuvieron "madre y padre, no fueron maquinas, o seres de otro "planeta.
    "Es la animalidad de nuestra humanidad las que nos "permite participar de esas orgías trágicas donde "siempre hay víctimas y victimarios.".

    El informe del juez Richard Goldstone sobre lo acontecido en la franja de Gaza entre diciembre hasta el 22 de enero de 2009, es una prueba terrible de lo ocurrido en ese mes. Mi conclusión es terminante: la maldad es universal...

    ResponderEliminar
  5. Concuerdo totalmente con Andrés Aldao. Gracias
    Cristina

    ResponderEliminar