Preludio
Recuerdo que era invierno.
La luna enferma se embozaba en las nubes,
en el aire oscuro se estremecían los pájaros
y en la tierra se erizaba el mundo.
La fiebre delirante arrugaba las sábanas
y mujeres broncas tosían por el sexo
mientras caían estrellas por las aceras haciéndose añicos
y más niños de pecho que nunca gritaban sin consuelo
azules por las sombras del desamor y el frío.
Nadie quiso besarse aquella noche
y cuando se filtró algo de luz por las rendijas
hartos de escupirse unos a otros
se asomaron todos a las ventanas por ver si era verdad que amanecía
o salieron enloquecidos a las calles
con los puños en alto, gritándole al sol que lo esperaban
unos blasfemando, otros llorando
de agradecimiento y alegría, todos ellos,
menos los que habían muerto aquella noche.
(2001)
La luna enferma se embozaba en las nubes,
en el aire oscuro se estremecían los pájaros
y en la tierra se erizaba el mundo.
La fiebre delirante arrugaba las sábanas
y mujeres broncas tosían por el sexo
mientras caían estrellas por las aceras haciéndose añicos
y más niños de pecho que nunca gritaban sin consuelo
azules por las sombras del desamor y el frío.
Nadie quiso besarse aquella noche
y cuando se filtró algo de luz por las rendijas
hartos de escupirse unos a otros
se asomaron todos a las ventanas por ver si era verdad que amanecía
o salieron enloquecidos a las calles
con los puños en alto, gritándole al sol que lo esperaban
unos blasfemando, otros llorando
de agradecimiento y alegría, todos ellos,
menos los que habían muerto aquella noche.
(2001)
Medardo. En tu Preludio, cuánta tristeza puesta, cuántos deseos subyacentes, cuánta poesía. hermoso tu Preludio.
ResponderEliminarUn abrazo
Sonia Figueras
MARAVILLOSO POEMA. FELICITACIONES. ME ENCANTÓ. MI AFECTO. MARTA COMELLLI
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