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miércoles, 16 de febrero de 2011

HORACIO ARMANI - poemas




Nació en Trenel, La Pampa en 1925. En 1956 fue Jefe de Extensión Cultural de la Biblioteca Nacional. Estudio Literatura en Roma,Italia , en 1986 fue designado Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras Ha publicado una decena de libros de poesía entre ellos: “Esta luz donde habitas” (1948); “La música extremada” (1952) , “La vida de siempre”  (1958); “Para vivir para morir” (1969), “Recreos del tiempo” (1978), “Veneno lento” (2002), “ El sueño de la poesía” (2008). Ha traducido a los principales poetas italianos del Siglo XX. Entre sus distinciones :  Premio Konex de Platino 1984 por su Poesía  y Premio Konex 1984 por sus traducciones. Primer Premio Municipal de Poesía de la ciudad de Buenos Aires, Primer Premio Nacional de Poesía, Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía. Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras.


SOBRE UN TENUE REFLEJO
Un recuerdo a tus ojos volvió
cuando moría la luz en los álamos
y brilló en el tiempo
como un agua fina,
suave en la viva quietud
del pasado perdido.
¿Era yo esa memoria?
¿O fue la infancia tuya que volvía
desde una isla remota
donde nada era tenue
fugacidad o todo era
fugacidad eterna repitiéndose
en cada parpadeo,
hálito de la nada que asediaba tus días?
Mujer: una pasión nos une
pero también el resplandor de imágenes
que fueron descubriéndonos la vida,
conduciéndonos a un solo sueño:
la belleza naciente.
Aquí, solos, sabemos
que lo que dimos era
ilusión, lo que amábamos era
la única inocencia,
su indecisa promesa repetida
en la luz inicial de cada día.
El camino que hicimos…La esperanza
de encontrar en los cielos huyentes
un resplandor inédito en el tiempo.
Aquí las hojas
se deshacen bajo el pálido viento
sin saber la verdad…
Y algo vibra en la luz desde muy lejos

CANCIÓN DE LO QUE VALE

Vale la pena
esperar el verano
para ver una rosa.
Vale la pena
morir todas las muertes
si nos queda la vida
y hay una mano amiga.
O sentir el momento
indefinible y único
en que nace el poema.
Y vale más la pena
despertarnos y ver
dos ojos que nos aman.

Horacio Armani