Morgue (1)
Desmedida quietud,
incomprensible bloque de materia
expuesta a la intemperie.
Esta cosa,
esta humillación que nada sabe de sí misma,
¿puede ocultar la trama de los días,
las causas, los efectos,
el decurso de soles y de lunas?
Morgue (2)
Sin pesar, sin nostalgia,
desnudamente solo,
el mentón como proa detenida
y el pecho encandilado por la luz del olvido,
el muerto era tan sólo un barco a pique
en un océano de mármol.
Sucesos
La vecina del sexto caminó sobre el mar,
y atravesó las nubes sin ayuda de nadie.
El tímido señor de planta baja
ya no cierra las puertas con cadenas,
cerrojos, pasadores:
tal vez sin darse cuenta
se refugió por fin en los espejos.
El joven impasible
que deglutía el tiempo sentado en los balcones,
ya no mira las águilas del alba,
el crepúsculo incierto.
La señora soprano ya no entona cantigas,
endechas, misereres:
una callada niebla recorre los pasillos
y se instala en las altas escaleras.
El amable rabino se acostó con sus padres,
y vio tal vez al Ángel entre lenguas de fuego.
El señor escribano
se fue con la corriente de los meses.
La anciana de los fondos
no convoca a la suave mandolina:
ya no llama a las puertas,
no pregunta la hora como antes.
Y el perro de mi infancia ladra y ladra,
como ayer, como hoy, como mañana.
Volver a los poemas de Máximo es volver al laberinto sin querer salir de él.
ResponderEliminarCelmiro
tu inconfundible, plenísima voz con sus matices, te trae a cada rato, máximo y es imposible liberarse. y no quiero. gracias por la invitación. todo mi admiración, que crece. susana zazzetti.
ResponderEliminarSimpson en todo un Maestro, único en su lograda madurez entre lenguaje, visión del mundo, estética e ingenio.
ResponderEliminarUna fiesta es leerlo.
MARITA RAGOZZA
Muy elocuente ese paneo al estilo filmográfico que abarca vecinos y sucesos, donde el deterioro se ha ido manifestando impiadosamente... salvo en el amigo fiel e interno que se sigue (y seguirá) pronunciando a pesar de todo. Lina
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