EFÍMERAS
Quietas sobre el tallo, sosteniéndose del viento contra el río.
Líneas del color del aire. El sol las delata, temeroso contraluz sobre su
cuerpo. Tienen menos de un día sin saber, nacidas para morir. Antes de hacerlo
deben hacer el amor sin saber, otra vez en el aire volar sin detenerse nunca y
morir antes del chasquido del índice y del pulgar del Amazonas. Quién diría y a
quién le importa, pálido insecto que a uno de los reyes de América no le mueve
el curso ni le quita el sueño.
Una vez, desde el poderoso fuego de la tierra, todo empezó por
una vez. Antes que se hiciera un hombre sin saberse. Antes de su primera fiesta
y de su penúltima derrota. Antes de que manos de colores parecieran sostener
una caverna. Antes que el cibernético digital tridimensional diminuto se
guardara en una uña.
Sin saberse, ya volaban las efímeras sobre el Amazonas.
Saberse el hombre ahora y ante el chasquido de qué índice y pulgar volará como pálido insecto sobre los reyes de América sin qué se mueva su curso ni le aquieten el sueño.
Saberse el hombre, saberse. No lo saben las efímeras.
Saberse el hombre ahora y ante el chasquido de qué índice y pulgar volará como pálido insecto sobre los reyes de América sin qué se mueva su curso ni le aquieten el sueño.
Saberse el hombre, saberse. No lo saben las efímeras.
Mercedes Sáenz
Y sin embargo ¡qué importantes son las efímeras! contienen un principio y un fin en sí mismas y qué delicadeza la de la autora en rescatarlas para el reconocimiento, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarHe leído con detenimiento... buena es la prosa, muy bella.
ResponderEliminarMe detengo puntualmente en su poderoso significado. La ignorancia profunda, la sabiduría profunda y el hombre fuera y dentro del cauce de todas las cosas.
Felicitaciones
Roberto
Muchas gracias por la publicación Andrés.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios.
Los abrazo.
Mercedes