El cigarrillo electrónico
Parece tan
inofensivo que incluso aquellos que nunca fumaron comienzan a hacerlo. Por fin
pueden aspirar el humo entrecerrando los ojos, creyendo que esto les confiere
una apariencia mucho más interesante. Estos nuevos fumadores se integran a un
grupo del cual habían sido excluidos durante siglos. Hay incluso niños que
fuman.
Lo que nadie sabe aún es que estos
cigarrillos contienen un chip que recibe informaciones de un centro de control.
Este centro transmite mensajes y el chip transforma este código binario en
humo. Una vez que este humo queda depositado en los pulmones, vuelve a
convertirse en letras, sílabas y finalmente palabras. Los pulmones parecen
guiones, llenos de frases que dictan lo que hay que decir, cómo se debe actuar.
Han encontrado una manera mucho más eficaz para controlar a la gente que la
televisión, la radio y los diarios. El hecho que las ideas estén en el aire que
respiramos les confiere una dimensión espiritual; es casi como inhalar las
palabras de Dios.
Hay agentes secretos deambulando por las
ciudades, portando unas gafas especiales, parecidas a las gafas 3D de los
cines; estos anteojos permiten ver las frases inhaladas y exhaladas por los
consumidores. De esta manera pueden verificar que nada se les escapa, que
ningún hacker nihilista intenta implantar ideas extrañas en los pulmones del
pueblo.
Pero de a poco comienza a aparecer un
movimiento de oposición. Con una tecnología de punta este grupo revolucionario
logra borrar ciertas letras primero, luego palabras, frases y a veces el
mensaje entero. Gran histeria. La gente se siente vacía, sin opinión, sin poder
expresarse correctamente. Los fundamentos de la sociedad se encuentran en
peligro.
En una reunión tardía, en la profundidad de
un sótano secreto, se reúnen miembros del poder con los representantes de dicho
grupo revolucionario. Luego de varias horas de negociaciones feroces vemos
salir a los rebeldes con un aire victorioso. Todos llevan cigarrillos
electrónicos en sus bocas y el orden es restablecido.
Si pensamos la publicidad que se le dio a la imposibilidad de escribir en el Facebook durante dos horas, este relato me parece totalamente realiste y muy bien escrito.
ResponderEliminarMe resulta aterrador el control, la invasión de nuestra intimidad. Relato que asusta por la posibilidad no tan disparatada por la realidad en que vivimos.Excelente.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
La idea de un negro humo enmohecido en las mentes futuras privadas de cualquier liber- tad es genial y mas cuando en la brevedad del texto adquieren dimensiones astronómicas...
ResponderEliminarCelmiro Koryto