Mujer
que se va
Estaba decidida. Tiró sobre la cama algunas ropas, llenó el
bolso .
Esto se acaba, pensó. Una
nota sobre el escritorio daría cuenta
de un simple adiós sin explicaciones.
Ultimamente lo había
notado misterioso. Casi no hablaba.
Aquel encanto que la había
seducido se ocultaba tras algunas respuestas equívocas.
Y la sospecha. Intuía
algo extraño que no podía precisar . Lo había conocido en unas charlas sobre
Historia del Arte . De inmediato
le provocó interés . Luego atracción . Sentado a su lado hablaba en tono seguro pero ella no
escuchaba. Sólo lo miraba .
Como advirtiera él que
algo pasaba, sus ojos buscaron los suyos.
Se ofreció a acompañarla
. Caminaron entre árboles florecido y los sonidos de la ciudad que lentamente
oscurecía.
Tantos temas en común, cuántas cosas los unían.
Y así, de repente, se encontró en sus brazos. Y así, de repente
, se besaron.
Ya en el dormitorio
fue un lento desandar de sueños
compartidos . Si. Era evidente . Juntos estaban muy bien . La piel se lo decía
cuando el hombre la tocaba y ella
respiraba con plenitud esos momentos.
¿Era amor , pasión?
Nada importaba. .Fueron
años intensos .
Entonces el alejamiento. Algo lo abrumaba.
¿Se había hastiado y no
tenía valor para afrontar la situación y
resolverla? ¿Acaso otra mujer?
Alzó firme el bolso, la
cartera . Y se fue con los sueños
rodando por la mejillas. .
Como si fueran lágrimas .
Martha
Goldín
La vivencia existencial de la separación luego de la intensidad del encuentro, descripta con naturalidad, como el fluir suave del agua semejante a las lágrimas mansas.
ResponderEliminarFelicitaciones, Martha y saludos.
MARITA RAGOZZA