A fin de cuentas,
aún no he podido arborecer,
y mi charla fue siempre un balbuceo,
ambiguo, sospechoso.
Algo les falta aún a mis sentidos
para olfatear la dicha,
la fe de los creyentes,
esa fe que resiste
la prueba irrefutable del más ronco alarido.
Aún no alcanzan mis pies para llegar
a las fronteras de ninguna parte.
Soy un hombre inconcluso,
y ya es un poco tarde para intentar de nuevo
mejorar mis reflejos,
o esperar con paciencia
el crecimiento firme de aletas y de branquias,
de ruedas vigorosas,
pues la nada me espera en cualquier sitio,
tal vez en la cocina,
tal vez mientras escribo
esta trivial noticia de mis días.
y mi charla fue siempre un balbuceo,
ambiguo, sospechoso.
Algo les falta aún a mis sentidos
para olfatear la dicha,
la fe de los creyentes,
esa fe que resiste
la prueba irrefutable del más ronco alarido.
Aún no alcanzan mis pies para llegar
a las fronteras de ninguna parte.
Soy un hombre inconcluso,
y ya es un poco tarde para intentar de nuevo
mejorar mis reflejos,
o esperar con paciencia
el crecimiento firme de aletas y de branquias,
de ruedas vigorosas,
pues la nada me espera en cualquier sitio,
tal vez en la cocina,
tal vez mientras escribo
esta trivial noticia de mis días.
Hallazgo
Excavando entre
ruinas, entre olvidos,
encontré este
huesito, este silencio.
Esta minucia,
que resplandece aún
entre mis dedos
con una luz muy
suave,
es un emanación,
o apenas
el sosegado aroma de
un tal vez.
¿Qué hacer con él,
cómo cuidarlo?
¿Cómo esconderlo
del tropel de los
días?
¿Cómo salvarlos de
las autopistas,
de las celebraciones,
de la sociedad y del
Estado?
¿Cómo guardar su
resplandor?
Su poesía estremece Maestro. Se que no le gusta que lo llamen así, pues considera que es un título inmerecido. Es que su grandeza, permitame el término, está en poder cantar a ese pequeño silencio que resplandece entre sus dedos, cuidar su pureza y preservarlo de las autopistas, de la sociedad y del estado.El que reconoce que es un ser inconcluso, y busca la completud excavando entre las ruinas para encontrar los silencios.
ResponderEliminarGracias Máximo Simpson
Ofelia
Máximo es uno de mis poetas predilectoa, "un hallazgo" en mi vida de no hace mucho tiempo, sin embargo su palabra resplandece en mi corazón cada vez que la leo. Mi admiración y mi cariño a este gran poeta, de una sabiduría y humildad extraordinarias.
ResponderEliminarUn abrazo a Artesanías,
Desde Chile,Juany Rojas
Si algún día tengo dos pies o dos alas para llegar a usted me animaré a decirle cuánto lo admiro
ResponderEliminarMaría
Qué honor, qué placer y que gloria, disculpe los adjetivos, usted es no de los mejores poetas que leo...una vez lo vi... y no pude articular ni emitir sonido. Respetuosamente
ResponderEliminarAri
Perdón el error en el tipeo donde dice "no de los mejores poetas que leo" quise poner EL mejor...parece que su poesía embriaga el alma, Ari
EliminarA fin de cuentas, qué libro no? . Sabés Máximo? tengo dos ejemplares de ese libro, pero las dos tienen dedicatorias especiales por lo cual no quise nunca desprenderme del que me sobraba. Fui egoista y no me arrepiento. Y Hallazgo es uno de mis poemas preferidos, tantas veces leído en el programa. Y quienes conocemos tu humildad sabemos que no te gusta la palabra Maestro, pero es tan merecida en este caso...bien dicho por Ofelia.
ResponderEliminarY te cuento una anécdota, hace poquito cuando presenté mi libro Dos estaciones y media y después de la excelente introducción de Jorge Paolantonio, conté que un día en tu casa yo te había enseñado los primeros poemas del libro y vos me dijiste "hay que universalizarlos" y que no supe como hacerlo y que fueron tus propias palabras las que me dieron la respuesta. En el prólogo de Hotel Melancólico decís a manera de prólogo :" uno escribo lo que puede, lo que sale de los riñones y que a mi, y tal vez a pesar de mi, salieron estos poemas, independientemente de que puedan o no valer la pena".
Este recuerdo me hace sentirte muy cerca.
Un abrazo inmenso.
Lily Chavez
Me alegro de haberte difundido, viejo compinche, y de que a la sombra de tu talento y a la vera de su sencillez medren tantas langostas. Un abrazo, Pibe-hermano, andrés
ResponderEliminarSencillez que de tan sencilla termina mirandose al ombligo o a ese huesito, esa minucia que siempre acaba siendo su poesía. Mario Bruno
Eliminar¿Por qué langostas?Perdón, pero no lo entiendo de verdad... Gran poeta es el Maestro, gran persona es Aldao en la escritura y en compartir. Me quedo con lo lindo porque me encanta dudar de las cosas pero no de los dobles sentidos. Si me estoy equivocando pido disculpas y que queden por acá nomás estas letras o el administrador del blog las vuele de un plumazo
EliminarRespetuosamente
Zulma
¡Máximo! Siempre me estremece tu poesía, me estremece y me sacude esa voz tuya planteando nuestra intemperie, nuestra nadita, nuestro silencio adentro del gran silencio. Gracias por decir de esa manera tan tuya, Maestro.
ResponderEliminarCelia.
y una vez más, petrificada ante la pantalla, esta especie de inmovilidad y algo resbalando de los ojos que me da tu palabra, siempre, aunque te lea mil veces. te quiero, POETA. susana zazzetti.
ResponderEliminarSu sencillez de genio flota en el aire, su figura es magia en el espacio, sus palabras son la música del hombre. Mis respetos querido poeta, mi cariño querido Máximo.
ResponderEliminarMe gustaría que muchos aunque no escribieran como vos tuvieran la sencillez, la claridad y la hombría serena de la inteligencia clara, no la de los insultos flojos y de boca metralladora.
Abrazo
Mer, la de un puente para un pie solo.
El mejor poeta contemporáneo , donde encuentra palabras que las desnuda de la cotidianidad y frivolidad para darles la singularidad de su pensamiento. Su decir poético también tiene la magia de cobijar verdades.
ResponderEliminarGracias, Artesanías, por esta publicación.
MARITA RAGOZZA