Asunto: Despedida (*)
Estimado Bernardo Kessler, así comenzaba el correo
electrónico que me enviara Enrique Lotriski y que abrí un lunes en la redacción
del Ancla Oxidada. Un lunes que despuntaba tranquilo por la ausencia de mi jefa
Magdalena López Arias. Esta tranquilidad era cómplice de mi desgano sin control.
El correo de Lotriski aportaba una dosis
de curiosidad después de haber transcurrido más de un año desde que le
hiciera la trabajosa entrevista que una vez publicada dio origen a la
investigación de la policía literaria. Desde entonces Lotriski había tomado la
decisión de desaparecer y desde ese
entonces su imagen se fue desvaneciendo en mi, atrapado en lo
diario y en mi propia resistencia.
He leído más de lo que he
escrito…y señalaba una serie de libros, también he tomado notas y
elaborado conclusiones para futuros escritos que he decidido no escribir pero( que
sacar) mi vanidad no se resigna a perderlos y los recibirás en breve por
el correo tradicional en la sede del Ancla Oxidada para que dispongas de ellos
incluso para tirarlos a la basura cosa de que la jamás me enteraré ni deseo
hacerlo. Entre esos escritos va un resumen de cuatro carillas a doble espacio
del libro Contraluz de Thomas Pynchton
por si “La Magda ”
te ordenara ese trabajo (broma).
He adquirido una gelidrofobia?
que me impulsa a romper con los puentes, vos sos el último y última será esta
comunicación. Te he elegido por ser joven y saber que en un punto (¿cósmico?)
nuestro derrotero se roza. Repasemos ahora la memoria de tus lecturas: Obituario
de Enrique Lotriski
Esta mañana los restos del
extinto señor Enrique Lotriski fueron trasladados desde su residencia (aquí y
al no poseer residencia deberás inventarla cosa que no será original en el
divorcio que existe entre nuestra noción ideal del mundo y la realidad, creo
que la idea era de Flaubert)…para ser inhumados en… (Ídem paréntesis
anterior). El caballero desaparecido
era una figura muy popular y simpática de nuestra ciudad (¿), y su
fallecimiento(sin motivo aparente dado que es literario) ha repercutido dolorosamente
entre los (lectores) de todas las esferas sociales (¡Ja!) dejando una sombra de
inconsolable pesar (dos¡Ja!).Las exequias en las que estuvo presente
(nadie)…del extinto fueron a cargo de los señores… (Vagos varios todos
borrachines filosóficos). Asistió al duelo Lunita Laredo amante entrada en
carnes que acompañó los últimos intentos literarios de amores imposibles. La
dama aseguró que el muerto creía que el cuento se correspondía mejor que la
novela con la idea fragmentaria, relativa, inconexa, que tenemos de nuestra
existencia, idea que había adquirido en su trato con Lola Umbral. Luego de
dejar solo al muerto, los vivos fueron a festejar en un famoso bar de la zona.
Enseguida comprendí la paráfrasis del Ulises de Joyce.
Al leer los “códigos del
escritor lumpen” de Néstor Sánchez: 1)no hacer carrera literaria-2)no ganar
ningún premio nacional-3)no hacer periodismo-4)no hacer publicidad, me di
cuenta que los he cumplido, he tenido la conducta que demanda el ser lumpen, no
sé si iluminada porque humano al fin confieso que me he desviado en los atajos
del truísmo víctima de una innata inocencia que los años no aplacaron como se
sabe son capaces. Mis diferencias conceptuales con Sánchez consisten en que
jamás teoría alguna me hizo perder la cabeza ni la teoría de Ezra Pound que
declama cantar al amor y al ocio que nada más merece ser habido. Para mi no es
un aserto (pequeña digresión heterosexual: La mujer posee poco contaminado los
defectos y las virtudes del instinto conservado como en un disco rígido desde
el fondo de los tiempos, entonces ¿alguien se atreve a probar el ocio como
sustento del amor?).
¿O existe el “por amor al
arte” en el mundo que nos toca vivir?
(por no hablar de otros mundos del que solo tenemos referencias escritas).
Coincido sí en la alegría del vino tinto sin la ambigüedad discursiva del Zen,
este concepto es un hallazgo revelador, un ascua brillante.
Veritas liberavit vos (San
Juan) y lo único que no miente es la experiencia y esta me indica que mi cuerda
literaria llegó a su tope. Supervivir es lo primero y para ello hay que
justificar al mundo. Si, abandono, correré riesgos, pero al mismo tiempo dejaré
atrás todo lo que me rechaza, lo comprendí, creo, al leer a Baigorria.
Nada más que despedirme con un
afecto que no ha perdido su épica.
Enrique Lotriski
Supo Lotriski
sembrar la duda en mi ánimo con su planificada ambigüedad y apelaciones a
escritos que me pareció reconocer como adornos de una idea que, cuando quien la
proclama es un ilustre desconocido, necesita de los fundamentos aprobados.
¿Era su obituario un juego en el que solo
abarcaba lo literario? De ser así, en algún sitio continuaría su supervivencia. Como sea, tuve el
presentimiento que el personaje
Lotriski era historia.
(*) Culminación de la saga En búsqueda del
Lotriski perdido, El pintor de las luces, Episodios del intento de Enrique
Lotriski por desaparecer, todos publicados en este medio con anterioridad.
C.A.T.
Leí con pesar este texto , me había encariñado con Lotrinski, era un loco lindo, o ..es..
ResponderEliminarNo me gustan las gelidrofobias, me parece una cobardía romper puentes...estos nos llevan o nos traen...pero son necesarios y guardan una ilusión , una fantasía , un deseo de encontrar elementos que nos permitan la supervivencia. Ademas mi concepción de la Historia es que esta no es un hecho pasado , sino actual, vigente.
Ha muerto Lotriski , Viva Lotriski!!
Muchísima ironía, como me gusta, muchas lecturas entre líneas...policía literaria...Lo disfruté mucho y lo disfrutaré en la re lectura-Gracias
ResponderEliminary vivirá entre " vagos borrachines filosóficos". así sea! un saludito. susana zazzetti.
ResponderEliminarNadie puede imaginar como me apena la partida de Lotrinski. Estoy tentada en creer en las resurrecciones . ¿Me escuchas, Trinelli? Probá y decí varias veces : ¡Levántate Lotrinski, levántate y anda! . Sé que si te vas no se va a arruinar mi carrera, pero temo perder feligreses fanáticos de tus astutos rebusques y variadísimos recursos.
ResponderEliminarCristina Pailos
Es muy valiente a la vez Arturo lo tuyo. Cuesta hacer desaparecer, matar, despedir, incluso cuando hablamos de escritura Tantos personajes tuyos me han quedado en la cabeza con sus formas, sus modos de ser, con sus idas y vueltas, asi debe ser a mi criterio, como en la vida.
ResponderEliminarAbrazo amigo querido.
Lily Chavez
Despedir a un personaje implica duelo personal y publico. Y como se expresa muy bien aqui, su supervivencia continuara mas alla del autor. Gusto en saludarlo, Trinelli. ElsaJana.
ResponderEliminarDebe haber dolido escribir esta " muerte literaria", pero muerte al fin, de quien nos acompañara tanto tiempo, con un enfoque ácido, irónico, y con cierta certeza que se lo volverá a encontrar.
ResponderEliminarQuizás venga a Pehuajó de incógnito.
Entrañables estas historias.
Un gran abrazo.
MARITA RAGOZZA
eSTE EL PRIMER COMENTARIO DEL NÚMERO. NO SÉ COMO PUDE EDITAR ESTA N{UMERO CON LA PC ANTERIOR (TORTUGA, NO RESPONDE, ME SACA LA LENGUA: TUVE QUE COMPRAR UNA PC NUEVA O ME HUBIESE TENIDO QUE RETIRAR A CUARTELES DE VIEJO)L
ResponderEliminarCHE TRINELLI, ¿PORQUÉ ME MATASTE A LOTRIZKI? BUEN{ISIMO Y TRISTE.
ANDRÉS
Las muertes literarias tienen la ventaja de que pueden ser anuladas, cambiadas, mejoradas y hasta refrendadas...Se que Lotriski tiene aún muchas palabras en su mollera y espero que decida ordenarlas en frases, párrafos y relatos de sus aventuras en la "otra" vida.
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