Entre jadeos te nombro. Tu respiración se vuelve letras, anoche fuiste todas las vocales; hoy te uniste a las consonantes y delineaste mi rostro con tus labios.
Compraré un ábaco con el mercader de sueños para descifrar tus besos, que me obligan cazar mas oxígeno o nuestros dedos cuando se vuelven nudo mientras tu cuerpo se rinde sobre mi anhelo.
Amo el galope de tus caderas que desprenden olor a gardenias, tu piel sabor a fantasías. Todo tú eres una fábrica de manjares cuando nuestros abrazos se unen.
¿Algo más nos hace falta? Ni promesas de nunca y siempre, ni muros con espejos o parques oscuros, y menos rumores que aflijan al agua, tan sólo necesitamos repetir las palabras: Gracias y Te amo, aunque jamás podrán contener todo lo que sentimos, aún así: gracias por amarme hasta en sueños.
Posdata: Yo también te amo.
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