Mundo global *
«¡El mundo fue y será una porquería ,ya lo sé, en el 506. y en el 2000....
»
(Estos ensayitos fueron escritos al final del siglo XX.
Correteamos ya por el 2012. Nada es igual, todo es peor y Discepolín se
lleva las palmas...).
Hay mañanas
crapulientas en las que uno no
debiera levantarse ni dirigirle la palabra
a nadie. Hay días en que no se debe escuchar las noticias ni verlas por televisión. En el diario, sólo conviene leer minuciosamente las novedades
deportivas. No siempre y no todas. Es el gran secreto, el antídoto para vivir
sin sobresaltos, ignorando la estulticia y el caradurismo de los grandes
personajes, y los minúsculos, que aparecen en los monitores y las fotos periodísticas. Son los prototipos, figuritas repetidas de todas los épocas,
con sus fermentadas promesas, burbujas desvanecidas en la atmósfera emponzoñada del maravilloso globomundo, en el que una
ingenua píldora nos puede extasiar, transportarnos al este del paraíso mientras
nuestro vecino, pobrecito, para
sobrevivir tiene que extender la mano o buscar restos de comida en los tachos
de basura.
Esos
prototipos, con la sonrisa de equino a flor de labio, emperifollados,
peripatéticos y vacíos, fatuos de la nada y la ningunez, que nos parlotean con
voz engolada y tonito de descorteses matones, educados en las antiguas
academias Pitman, siempre tienen temas de actualidad social para blablear: una
madre soltera que no encuentra vivienda, un padre agresivo al que le sugieren
rezar veinte padrenuestros, un chico que trabaja en un taller clandestino 14
horas por día, y al que el tipo charlatán le recomienda ir a la escuela para
ser un hombre de bien en el día de mañana. Y cuando algún gilastrón les
pregunta, fuera de libreto, qué servicios sociales incluyen los gobiernos en
los presupuestos, o qué porcentaje de los impuestos se invierten en educación y
cultura para el pueblo, se ofuscan y le dicen al sufrido infiltrado: Usted es una amenaza para la
democracia, usted es un fundamentalista, un descreído, un zurdo. un demócrata (
o como decían hace un siglo: Usted es un ácrata). (o como le dicen hoy: usted es un K, jeje)
Cuán difícil, sin embargo, es
no caer en el pecado. Los adictos pasan a mi lado, felices por la dicha y los
logros de los famosos, de la gente que los embauca de madrugada, y los
trasnocha en las pantallas rectangulares interpretándoles la comedia del hombre
feliz. Viven contemplando los noticieros de la TV , la basura divertida, los entretenimientos
estúpidos, la ceremonia del oscar o el emy, las series complacientes sobre un
mundo que no existe. Y las telenovelas, ese narcótico mezcla de chocolate y
arsénico.
Parecen mentecatos, obcecados
masoquistas, víctimas de la globadicción cualunque y aplanada, que los lleva a
disfrutar con el verso global, la seducción de la globalidad, la mentira global que adormece y
obnubila la inteligencia, que conduce a
una hilarante y patética acarbonada global.
Salgo a la calle. Para
distraerme. Para no caer en el pecado de la tentación. Ya afuera observo los
altos edificios que entrelazan el estado de sitio a las urbes modernas. Como un
pelotón de dinosaurios petrificados, inmutables y estoicos monumentos cuyos
ojos hieráticos se clavan en mis carnes.
Permanezco confuso algunos segundos. hasta que me evado del trance. Y comienzo
a buscar la originalidad, lo disímil, algo auténtico. Esfuerzo inútil. Fracaso
total.
El mundo se está convirtiendo
en una gigantesca chatarra, repetida, simétrica y convencional de palabras,
frases y sentimientos clonados, insinuados por los siniestros y tenebrosos
medios que nos educan para el siglo XXI. Son los tipejos como Vargas Llosa, por
ejemplo, o Grondona, el mono sabio, Jorge Lanata o Jorge Bucay, y tantos otros ex,
embaucadores de masas que medran en –y con – los medios, que convencen e
idiotizan a la gente desprevenida, y deslumbrada, por el pedigrí mediático de
esos tipos. Con ese tonito de profesores magistrales que vienen de vuelta, se
desembarazan de su pasado de izquierda o, en una bravata amnésica borran el
ayer concupiscente- condescendiente con regímenes dictatoriales, y ahora
predican el erotismo de la sumisión con prestancia de caballos troyanos. El
arma vil de estos caballeros es el garrote de sus artículos o sus apariciones
en la TVremunerados
con generosidad, como corresponde a honorables lacayos de la Real Academia de los
Ases de la Pluma
de Ganso.
Cabalgan sobre las veleidades
delirantes de una izquierda y una derecha que añoran a Stalin y a Hitler, a
Salazar y Matías Rakozi, a Franco y Gomulka, a Mussolini y Codovilla, a Onganía
y Videla, a Firmenich y Galimberti, a el Brujo y la Isabelita y a Menem y
Scioli. Esos señores, felones y embusteros, extraen de sus galeras todas las heces
eruditas de la cultura global empleando trucos de prestidigitación.
El mundo mediático y global
está lleno de plumíferos, comentaristas y ensayistas, cuya misión caritativa es
suplir al sacerdote y catequizar a las multitudes en el culto de las compras
imbéciles, prescindibles e inservibles, creando la imagen de opulencia allí
donde reinan la miseria, la inseguridad, la rabia descentrada, la promiscuidad,
o simplemente el hambre, que excluye, humilla y mata.
Y las nuevas multis, que nos han metido de cabeza en el siglo XXI
con sus zarpas glotonas y extendidas que se enroscan como boas mefíticas, en
las prósperas industrias de los medicamentos, la alimentación, el
esparcimiento, la música, los seguros, el sexoshop, la moda, la cosmética o las
drogas que ayudan a vivir (¡¡Sálvese mientras puede! –vociferan sus
plumíferos orales –: relájese, excítece, fantasee, fornique a trochi mochi,
aléjese del mundo prosaico, vuele con el snif, medicina natural, adelgace en
diez días, termine con su anorexia, cáguese de risa de su cáncer, injértese
pendejos color lila sin dolor. y así de seguido), etc.
Ante cualquier amenaza de
cierre de empresas, allí están los vampiros revoloteando a la caza del botín: Invierta
su futuro, cómprese seguridad: no derroche la indemnización, sea nuestro
asociado: asegúrese prometedores beneficios sin salir de su casa.
Entretanto, la droga, la miseria, la falta de techo, las enfermedades, la
prostitución, como el gran negocio, y el juego, como el gran incentivo para
cambiar de suerte, aniquilan la conciencia de la gente carenciada, aceleran la
marginación y desparraman peligrosos combustibles sociales por todo el planeta.
De pronto, nos presentan al mundo actual como una aldea tolstoiana
tocada por la magia de la electrónica y la computación. Y el planeta
globalizado se va reduciendo a una especie de proscenio gigante, en el cual los
humanos son clones, marionetas manejadas por las hilachas globales de los
multititiriteros que operan en este universo descentrado y explosivo, apto para
estallar en el momento menos pensado. O dentro de un cuarto de hora.
Este planeta global le ha dado sus
buenos hachazos a los antiguos valores de igualdad, justicia y solidaridad.
Pero no ha podido barrer la dignidad del hombre cualunque. esa dignidad
pequeñita y casi invisible que guardamos los humanos en algunas células
perdidas del bobo y la zabeca. Con eso va a ser suficiente para recomenzar,
para izar nuevamente el pendón indomable de la raza humana que ha conocido
otras pestes, peores aún que la globalización y las multinacionales.
A no llorar, hermanitos: la
incordia de las bolsas asiáticas no llega a nuestros bolsillos, que vueltos del
revés se desprenden solitarias migas rastreras de los cachos de pan que
guardamos previsoramente.
Por eso yo
escribía al comienzo de esta tirada, ojerosa y prepotente, que hay mañanas
crapulientas en las que no conviene levantarse, hay que huir de los diarios,
ignorar la caja rectangular que nos transforma a nosotros en cuadrados
perfectos y terminados. ¡Aunque hay que
dar algunos pasos, querida gente.
No tengo la
precisa, pero yo pienso que debemos rajar de los cubículos modernos, piantarle
a los aparatitos de aire acondicionado, huir de la comida envasada, la
hamburguesa de tres pisos, los perros
calientes
(no los confundamos con los pobres pichichos que andan a la búsqueda de pareja
en esas calles alegres por fuera y tristísimas por dentro); no caer en pecado
(esto es, no leer diarios calcados, que sólo se distinguen por el nombre);
buscar con lupa una placita o un parque, disfrutar del solcito antes que los
rascacielos exterminen a los rayos ultravioletas, contemplar las nubes paseando
por la autoestrada celeste, hartarnos de verdes y flores antes qie el smog
plomizo y atorrante les dé una mísera mano de bleque, dejarnos humedecer bajo la
garúa refrescante y dar vueltas de carnero sobre el rocío bienhechor, y
proteger a los chicos. menos inocentes, menos puros, menos chicos, pero con esa
pizca de ingenuidad que puede, aún hoy, salvarlos del apocalipsis del mundo
global. Amén
*
(de Ensayitos y sarcasmos en
compás de 2 x 4)
Andrés Aldao
Querido amigo, es lamentable no encontrar defensa a tanta amrgura. Me consuela pensar que la gilada de finos y elegantes patoteros no te deben entender ni una palabra. Gracias amigo!
ResponderEliminarAmigo Pennini, es muy cierto lo que escribís: no será fácil entender este "galimatías", especie de manifiesto rabioso contra las injusticias del mundo que machaco, con doliente ironía...
ResponderEliminarQue sabias reflexiones. Mucha gente es cruel. Hoy encontaron a un niño perdido y asesinado (dentro de una heladera). Por eso a veces, muchas veces, quiero tanto a los "animales inferiores". Se sabrá el movil de tanta maldad? Es verdad,lo que dices Andrés, no siempre ayudan a pensar desde el periodismo, la TV. etc
ResponderEliminarLa codicia, envidia y el ansia de poder está acechando, siempre. Detrás la estupidezación del humano.
Graciela U.
Somos seres incomprensibles!! Por crueles dañamos y por concientes sufrimos. Andrés nos lo recuerda con este llanto poético, esta protesta literaria. Aunque esa facultad de expresar el dolor nos redime!
ResponderEliminarMi querido , mi CAPITÄN , ud describe a la perfección "la aldea global" Lo peor es que nos atraviesa y no podemos evadirla.
ResponderEliminarPero el hombre es y será EL HOMBRE.
Un fuerte abrazo!!
Es muy cierto que a veces conviene un recreo y disfrutar de las pequeñas-grandes cosas citadas en esta Aguafuerte lo contrario es pelear y discutir con la "buena gente" pero es ese nuestro estigma, un abrazo, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarCrítica dura y directa, verdaderamente un Aguafuerte como acertadamente dice C.A.T, que es la esencia inconformista que caracteriza al autor, unido a la ternura hacia los más vulnerables, los niños, a quienes esta sociedad les roba infancia ( ¿Cómo serán ellos,hombres del mañana?)
ResponderEliminarUn planteo ágil que logra la visualización de lo narrado.
Felicitaciones, Andrés, y abrazo.
MARITA RAGOZZA
LO QUE HAN RESUELTO LOS JUECES DEL CASO MARITA VERÓN PRUEBA, MUESTRA Y JUSTIFICA "MUNDO GLOBAL". 'QUÉ FALSÍA, QUÉ CARADURISMO! Y ESTO NO SE ARREGLA CON DISCURSITOS Y MORALIÑAS FALLUTAS. QUÉ MUNDO DE PODREDUMBRES E INJUSTICIAAS. ME QUEDÉ CORTITO!!!
ResponderEliminarANDRES
Totalmente cierto, y muy duro ver de frente el espejo donde estamos inmersos. En este caso nos redime el regusto de esa ácida ironía de la que hace gala el Capitán. Un beso de tu Madrina Rioplatense.
ResponderEliminarme encanto poder leer este trabajo todo lo que dice es muy cierto, tanta crueldad que hay en este mundo hace un par de meses atrás una madre mando a su hija de 7 años a la tienda de la esquina, pero la mamá viendo que su hija no regresaba se empezó a preocupar y decidió salir a buscarla. Entonces se llevó la sorpresa de que en un saco estaba el cuerpo de su pequeña hija; después de haber sido violada la estrangularon y abandonaron su cuerpo en un saco.
ResponderEliminarEvelin