Hoy se cumplen 100
años de la muerte del escritor irlandés, creador del mito del vampiro
Los escritores le
rinden homenaje
"Strigoi,
strigoi, strigoi...", susurraba hace hoy 100 años Bram Stoker. Podía
ser fruto del delirio o tal vez sea una leyenda enriquecida por el paso del
tiempo, pero el autor de Dráculafalleció señalando —según
atestiguaron sus amigos presentes— algo en un rincón de la habitación de la
pensión londinense en la que pasó sus últimos días. Strigoi, en
rumano, significa espíritu maligno. Una expresión final demasiado perfecta para
ser pronunciada por el creador del mito moderno del vampirismo (algo parecido
se cuenta de Bela Lugosi, el primer gran Drácula del cine, del
que se decía paseaba por la residencia de ancianos buscando cuellos que
chupar).
El
irlandés Bram Stoker (1847-1912) no será recordado como un gran escritor.
Rodrigo Fresán, autor de prólogo a la edición de 2005 de Mondadori de la
novela, comenta: "Stoker es muy mal escritor, un ejemplo clásico de
creador flojo —no hay más que leerle en su inglés original— que de repente crea
una obra genial". Enrique Vila-Matas apunta en esa dirección:
"Seiscientas páginas y el conde solo sale en unas quince. Al estilo de El
corazón en las tinieblas, de Joseph Conrad, se crea un espectáculo
alrededor de un personaje que aparece muy poco. Es más interesante y fascinante
el ambiente que lo que ocurre. La narración conduce al personaje. En cambio,
creó el vampiro moderno. Solo por eso merece nuestro respeto". Gonzalo
Suárez, escritor y cineasta que en diversas ocasiones ha indagado en el ser y
el otro, en la criatura y su creador (Mi nombre es sombra, Remando al
viento), reconoce que Stoker le aburre. "Empecé a leerlo y lo dejé.
Obviamente forma parte de la literatura victoriana, que sí me atrae. Pero el
libro no desarrolla un carácter ontológico, juega más con el sadismo y la
sangre. Todos tenemos un monstruo en nuestro interior, pero creo que justo en
mí no hay de esa especie", reconoce entre risas.
Drácula — “novela
radioactiva que enferma al resto”, según definición de Rodrigo Fresán— ha
tenido todo tipo de continuaciones literarias, desviaciones a la ligera del
mito original del vampiro que reguló Bram Stoker, y versiones cinematográficas
y teatrales. Lógico, a pesar de su esquema basado en páginas de diarios y
cartas entre los personajes, Stoker tenía como intención inicial escribir una
obra de teatro. Más aún, poco después de publicar en 1897 la novela, su autor
realizó una lectura dramatizada de Drácula. El manuscrito original, escrito a
máquina y con innumerables correciones, desapareció durante décadas. En los
ochenta sus 541 páginas fueron encontradas al noroeste de Pennsylvania, y en la
portada, escrita a mano, aparecía su título original, Los no-muertos. Debajo,
el nombre del autor, Bram Stoker. Está claro que el escritor decidió
rebautizarla en el último segundo.
Hoy, entre Stephanie
Meyer, Guillermo del Toro, Charlaine Harris o Anne Rice, hasta
los descendientes de Stoker han sacado partido del conde. Su sobrino bisnieto Dacre
Stoker,apoyado por un experto en el tema, Ian Holt,publicó en
2009 una continuación, Drácula, el no muerto, que aunque arrancaba con gracia,
se perdían en un trama alocada y con guiños a otros clásicos como Jack el
Destripador. Las cenizas de Stoker, que reposan en una urna junto a las de su
único hijo, Irving Noel, en Londres, deben de revolverse de
vez en cuando.
Entonces,
¿qué hizo bien Stoker? El escritor irlandés, criado entre libros y profesores
privados por culpa de una enfermedad infantil, publicó muchos más cuentos, y ninguno
tuvo la repercusión popular y artística deDrácula. "Claro",
descifra Fresán, "porque existen novelas influyentes, que por su calidad
crea escuela de escritores y de obras, y novelas radioactivas, que enferman a
otros, que infectan y producen mejores herederos. El éxito de Drácula radica
en un personaje fascinante". Su misma construcción, a base de trozos de
diarios y cartas entre los personajes, ralentiza la trama: "Es la novela
en la que más se escribe y se lee. Pero, ¿cuándo van a por el monstruo?",
dice Fresán.
Bram
Stoker publicó Drácula en 1897, y creó el personaje bebiendo
de varias fuentes: primero, del personaje real de Vlad Draculea Vlad el Hijo
del Demonio / Dragon, también conocido como Vlad Tepes el empalador; del actor
Henry Irving, una estrella de la época, para el que Stoker trabajó durante 29
años como representante y secretario, y cuya enfermiza relación inspiró de
lejos la película La sombra del actor; y de sus charlas con un
extraño orientalista húngaro llamado Arminius Vámbéry con el que se entrevistó
en diversas ocasiones (Vámbery también era muy imaginativo en sus leyendas
sobre la Europa
oriental, y su labia y su imaginación las engordaban a gusto del oyente que
tenía en cada momento). Óscar Wilde dijo que Drácula era la obra de terror
mejor escrita de todos los tiempos. Arthur Conan Doyle tampoco escatimó
elogios. "Es que es muy de la época victoriana", según Fresán,
"es el triunfo del gótico, de un terror que crea personajes como
Frankenstein, el doctor Jekyll y Mister Hyde...". ¿También puede ser la
venganza de un hombre que se siente vampirizado por otro? "Como libro,
efectivamente, es muy transparente, ya que son los años del advenimiento del
psicoanálisis". El subconsciente de los autores sale a borbotones. "Fíjate
en este Drácula, en Peter Pan, en Sherlock Holmes...". Gonzalo Suárez
recalca en ese grandioso momento literario británico: "Me atrae mucho ese
género. Dio unas obras de ficción fascinantes, a diferencia de la española, más
realista".
La triste vida de Stoker, que arrastra a su familia detrás de
Irving, que no recibe ningún dinero cuando fallece el actor, y que muere pobre
víctima de la sífilis que había contraído yendo de prostitutas con Irving en
París, se ha prolongado en el tiempo. Vila-Matas estuvo en Dublín alojado a
pocos metros de la casa donde durante décadas vivió Stoker: "La primera
vez vi una placa, que recordaba su estancia. El mismo Oscar Wilde, primer novio
de Florence, posterior esposa de Stoker, vivía a pocas manzanas. Años después
volví y en lugar de la casa había una clínica de cirugía estética. De la placa,
ni rastro". "A mí me entristece la deriva actual del personaje",
comenta Fresán. "Eso de que vayan al colegio los vampiritos de Crepúsculo...".
Algo que nunca hubiera ocurrido en la novela original. Como dice el viejo
conde: "Yo pertenezco a un familia muy antigua y me moriría muy pronto si
me viese obligado a residir en una mansión moderna. No busco ni la alegría ni
el júbilo, y menos aún la felicidad que obtienen los jóvenes por un bello día
de sol y el murmullo del agua".
Soy una apasionada de lo gótico clásico,de sus mitos y personajes y no de los actuales.
ResponderEliminarHasta Delmira Agustini, poeta uruguaya,tuvo al vampiro como fuente de inspiración.
MARITA RAGOZZA
Con tantas repeticiones en el cine y giros en el vampirismo la leyenda, la novela y el autor parecieran crecer en importancia ¿sería este un caso en que el cine superó a la literatura? Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarNo es extraño que el vampirismo renazca en el siglo XXI, cuando a todos nos chupan la sangre y solo unos pocos miles se benefician...No me gusta el género y nunca lo he leído, lo conozco porque es lo que los chicos de menos de 10 años adoran ver en películas y televisión...Es así, los acostumbramos desde chiquitos a que se dejen explotar, no?
ResponderEliminarSiempre me disgustaron las películas de vampiros como una realidad que rechazaba por principio.
ResponderEliminarandrés