martes, 9 de octubre de 2012

Cristina Villanueva

cristina villanueva


       Las Dos                                                             



                                                     Madre, no me enseñaste nunca a        ordenar mis pedazos
                                                              Paulina Vinderman


  Una mujer derivándose río.
              
 En Buda otra mujer rescata una muñeca

ni muerta, ni virgen como las que languidecen en las salas.

Una muñeca que resuena de bordados  y flores

con el arte de los vendedores de colectivos.

.En Pest, abierta hemorragia en la ventana del río

  gotea flujo cerebral, insocorridas imágenes escoltada de peces .

Se encontraran o no.                                                 

Una tapándose el ojo violado de palabras.

La otra subiendo nubosa-selva-tren

con su muñeca como si estuviera por venir

buscando los quetzales y los jugos que la otra arroja en la orilla de la cita.

Se encontrarán o no

única cabellera que salta, la cárcel de ceniza




3 comentarios:

  1. bello poema!imágenes,surrealismo,...una impronta de vivencias, tal vez al cruzar "el puente de las Cadenas"...

    Julio Taborda Vocos

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  2. mUY BUENO! eXCELENTE EPÍGRAFE! sALUDOS.
    AMELIA

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  3. Un poema para armar ¿sin apartarse del Zen? o ¿Matando al Buda? inteligente reflexión poética, saludos, Carlos Arturo Trinelli

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