sábado, 22 de septiembre de 2012

Ester Mann

LOS PRIMOS 

Era un tipo hinchapelotas, adjetivo que si bien es políticamente incorrecto, machista y sexista, describe con exactitud la clase de persona que era, que en realidad sigue siendo, ya que no murió ni se esfumó.

De casualidad, navegando en los mares de facebook, este hombre descubrió a un primo que creía perdido y le mandó un mensaje. Mensaje va, mensaje viene, nuestro hombre se sintió muy emocionado y compartió con el primo anécdotas y viejas fotografías de familia en donde sonreían abuelos y  tíos, algunos sentados, otros parados, todos distribuidos por el fotógrafo de acuerdo a la altura y al honor debidos a la ocasión.

Nuestros héroes y otros primitos sentados en primer plano daban una imagen equívoca del evento: algunos sonreían evidentemente forzados por sus papás, otros miraban hacia otro lado y el resto lucía una expresión vacía, anodina.

El tipo, repasando esas fotos que le evocaban las antiguas emociones, con las lágrimas temblando en sus ojos, empezó a preguntarse –y ahí tenemos la imagen viva de su esencia cargosa- porqué lo emocionaba ver una foto de un tipo que le resultaba un perfecto desconocido, de quién no había sabido nada durante más de 60 años, que ni siquiera lo recordaba a él.
Por otro lado al resto de los primos, aquellos que no se habían perdido, con los que había mantenido un laxo contacto a lo largo de los años, los podía ignorar sin remordimientos.

¿Por qué? - pensaba y repensaba este ejemplar de persona que tanto nos fastidia cuando es pariente o amigo nuestro, pero del cual no tenemos conciencia cuando lo vemos en el espejo.

Así lo abandonamos, mirándose la cara envejecida, el pelo escaso y canoso, el cuello arrugado y las manos con los feos lunares de la vejez. Los ojos  semicerrados no ven su propia imagen: solo ven las caritas sonrientes, con mejillas como manzanas, con ojos puros llenos de alegría sin preguntas de los dos primos, en esas fotos que guarda como si fueran mapas del tesoro. Un tesoro que ya hace mucho nadie busca y ni siquiera saben que existe

8 comentarios:

  1. Que divina sos Nurit! y bueno , si era hincha pelotas merecido lo tenía , que tanta represión- UN ABRAZO Y GRACIAS POR TODOOOOOOOOOO

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  2. En realidad con un léxico diferente al habitual Ester nos dibuja el personaje, primero provoca nuestra sonrisa, para finalizar haciéndonos sentir pena por él. Las fotos en blanco y negro que encontramos en los cajones de nuestros abuelos o padres siempre incorporan historias que se escapan por los bordes de las mismas.Me encantó el personaje tan bien desarrollado en la brevedad del texto. Felicitaciones Ester.marta comelli.

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  3. Ester, en un relato bien actual, con la síntesis habitual, todo puesto en su justo lugar. Ese lugar en donde se encuentran las caras que no están o no estarán.
    Gracias. hermoso.
    Sonia

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  4. En muchos cajones de viejos se encuentran tesoros que ya hace mucho nadie busca , ni siquiera saben que existe y para el propio dueño son difíciles de comprender. Muy bueno
    Cristina

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  5. Mi padre decía que los años profundizan los defectos, como también las cualidades. Por eso, si era " hinchapelota", ahora estaba en grado superlativo, no valía la pena el reencuentro.
    Un texto escrito con aparente ligereza ( es tramposa, _Ester), porque luego de entretener, la historia encuentra en el lector una senda más profunda y alguna que otra vivencia similar.
    Felicitaciones y cariños.
    MARITA RAGOZZA

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  6. En extremo atinado el comentario de la señora Marita y en el que me siento representado. Solo me atrevo a agregar lo mágico que contiene una foto esten allí hinchas de todos los pelajes o no.
    Como siempre Ester disfruté con la lectura, saludos, Carlos Arturo Trinelli

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  7. Todo un tema el de los primos. Da para mucho. Vos tomás un aspecto, Nurit y lo abrís en abanico casi al descuido, como para echar un poco de aire sobre la falta de color de una foto enmoheciéndose. Y uno se ve entre ellos y quiere volver a jugar. Algún otro no nos dice nada. No se puede volver a la fotografía. Entonces, algunas veces, mejor valdría no volver a ubicarse en los recuerdos. Vos lo hacés con autoridad y contando historia. Muy bueno. Abrazo. ElsaJaná.

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  8. Me ha gustado mucho el relato Ester. Sobre todo la capacidad de pasar de algo que puede resultar cómico con tus primera palabras y luego transformarse en un relato triste en un breve espacio temporal. Creo que además es un tema universal ¿quién no le ha perdido la pista a tant@s prim@s y tí@s y quién no ha conocido a algún pariente hincha-pelotas? Yo creo que todos y todas.
    ¡Enhorabuena!

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