algunos recuerdos
(II)
Cuando terminé de leer el libro de la canadiense (que es excelente) me
dije: ¿por qué no puedo yo hacer lo mismo? Tomar a alguno de los personajes de
mi niñez e imaginarlo 30 años después…
¿Que me falta imaginación…? Pues no la necesito… Puedo mezclar los destinos
que conozco, darle a los personajes cartas marcadas por mí.
Por ejemplo, la amiguita que tuve hasta cuarto grado, antes de que me
mudara y cambiara de escuela, la que, según me enteré hace pocos años, nunca se
casó ni se operó la nariz (llamémosla
Nené), podría recibir el futuro de esta mujer que conocí ya en la madurez,
divorciada y con dos hijos. Mujer no muy sana, hipocondríaca, que podría
llamarse Marta... Aunque un momento: así, sin dar más detalles, hay varias
conocidas mías que podrían creer que hablo de ellas….Y es que hay muchísimas
mujeres de mi generación que son hipocondríacas –aun yo misma, sí- y que están
divorciadas, y también tienen dos hijos.
No; sería mejor mezclar distinto las barajas, para que no quede ni huella
de la verdad.
Ni divorciadas, ni enfermas, ni con dos hijos. La casada puede tener un
hijo, la soltera que tenga tres y la hipocondríaca, que sea lesbiana (mujeres
de mi edad que se declaren lesbianas no conozco a ninguna…).
Hace unos años, cuando viajé a Buenos Aires, fui a mi antiguo barrio y las
casas de mis amigas de la niñez estaban tal cual. Una de ellas, la enorme casa
de las hermanas que fueron mis mejores y únicas amigas, estaba cerrada. Por el
estado de las ventanas y persianas, se veía que hacía tiempo que nadie vivía
allí. La otra, la casa de Nené la narigona, estaba cuidada, la puerta de
madera labrada y bien lustrada, el timbre de metal brillaba y el umbral de mármol
lucía su blancura láctea.
Cuando llamé me atendió una mujer algo mayor que yo, que dijo conocer de cerca a mi antigua
compañera. No... No se había casado, cuidó a los padres hasta que murieron. No.
Nunca se arregló la nariz. Hubiera querido verla, decirle: Nené, hiciste bien
en no operarte la nariz. Nosotras estábamos equivocadas. Una linda nariz no es
garantía de felicidad. Perdoname por habeme reído de vos. Pero bueno, lo pensé y en mi corazón le dí forma de
plegaria, de ruego.
En realidad cuando escribí Nené, estaba pensando en otra, una que sí
se operó la nariz aunque no lo necesitaba, una que fue mi íntima amiga en la
adolescencia y la primera juventud y a quien llamaré Lita. Lita nunca se casó y
hace unas pocas semanas la encontraron muerta en su apartamento de solterona
solitaria. Los ladridos de su perrito fueron los que llamaron la atención de
una vecina, quien al no recibir respuesta a sus timbrazos llamó a la policía.
Lo que me estruja el corazón no es que estuviera sola: estaba muerta, lo
mismo le daba estar sola que acompañada. Tampoco el perrito que pedía ayuda
desesperado me conmueve: fue rescatado, encontraron a su ama y de seguro fue
adoptado por otra mujer solitaria… Lo que me angustió es pensar que tal vez
supiera que se estaba muriendo y no tenía a quién pedirle ayuda. ịPobre Lita! ịMorir
en Tel Aviv, tan lejos de su ciudad y en soledad. Qué lejos estuvo tu muerte
de los sueños que poseíamos en la
adolescencia… Cuando teníamos quince años y nos encontrábamos en el Rosedal
para leer a Maiacovsky y a Walt Whitman nunca imaginamos que ése sería el fin…
Pasaron 55 años! Ni siquiera ahora, después de haberlos vivido, puedo
entender el significado de esa cifra. Lita ¿nos encontraremos en la nada?
¿Tendremos oportunidad de aclarar todas esas pequeñas traiciones que nos
inflijimos? Por las dudas declaro ahora que las lamento, ¡no valía la pena
enojarse por tan poco! Desde la perspectiva de la muerte eterna qué
mezquinas son las desavenencias que nos separaron…
JA JA disculpa Nurit , si me río , pese a la Parca.
ResponderEliminarMe dió risa el tema de la nariz , cuando era adolescente ( si , en ese entonces aun había adolescentes) Tenía un super complejo con mi nariz , ahora forma parte de mi identidad y de mis raíces.
Un relato que te hace ir de acá para allá , de arriba -abajo se parece a la sensación hermosa de hamacarse.
un abrazo .
amelia
Después no digas que te falta sentido del humor. Está muy bueno. Me reí mucho. "Estaba muerta, lo mismo le daba estar sola o acompañada..." y parece que hasta el perrito salió ganando.Por otra parte, por nuestra vida siempre pasan imágenes de narices, gestos, tonos de voz que a veces quisiéramos reencontrar. Como siempre tus cuentos son una glorificación del sentido común, de ciertas cotidianeidades o nó con las cuales , creo que muchos nos identificamos.
ResponderEliminarCristina Pailos
Este relato seguramente despierta más de una sonrisa porque se hace común a todos. Revive y hace renacer las cenizas de infancia.
ResponderEliminarUn gusto, un placer enorme haberte leído Ester
Lily Chavez
Las amistades que comienzan en la adolescencia, no se las sigue tratando porque la vida las separa, casi es mejor conservarlas como fueron entonces. Ya no se pueden ser las mismas, aunque a veces la curiosidad o el aprecio que les hemos tenido o las vivencias compartidas, es que queremos saber qué les ha sucedido con el pasar del tiempo.
ResponderEliminarEl cuento es un pantallazo de vida,escrito desde un humor irónico, con logradas chispas,y en el detenimiento de detalles pequeños, pero elocuentes muestras de los rasgos personales.
Felicitaciones, Ester, y saludos.
MARITA RAGOZZA
La vida está llena de esas pequeñeces que muchos ignoran pero que la sensibilidad del que acomete la escritura sabe rescatar como en este caso con una mezcla de sutileza y humor fino, un gusto su lectura, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarLos recuerdos de la infancia a veces retraídos por el paso del tiempo, pero presentes en la memoria, tal vez con una estructura diferente, siempre rescatables para nosotros quienes amamos la escritura, las imágenes de las cosas simples, aquellos amigos que no vimos por tiempos, amistades denunca olvidar,las agresiones que nos aplicábamos con total impunidad, y el dolor de sentir que algo en nuestros cuerpos no estaba bien. Agradable relato que me volvió hacia atrás en el tiempo. Un gran abrazo y que el día del escritor haya sido uno muy lindo para vos. marta comelli.
ResponderEliminarDespues de 30 años ¿te acordás de la nariz? Aqui tu humor, repasa una adolescencia que dejó sus cosas colgadas...y hasta salvás la historia personal de un perro. Tomás a los personajes y los coloreás a tu antojo, hasta tal vez haciendo que parezca ficticio, algo que podría ser perfectamente real en la vida cotidiana de cualquiera. Manejando tus tonos sencilloa y francos. Abrazo. ElsaJaná.
ResponderEliminarBucear en el pasado es difícil, pero verlo así, con toquecitos de nostalgia y de humor es grato, nos muestra cómo hemos cambiado y aún así, seguimos.
ResponderEliminarAbrazos
Betty