Cristina Pailos |
¿Que sueñan los viejos?
Querida sobrina Anabel:
¡Que emoción ¡ Un mail tuyo en mi casilla después de tantos años . Durante un tiempo, hace ya bastante, sabía algo de vos a través de tu madre . Te agradezco la felicidad que sentí al volver a pronunciar tu nombre tan musical, tan bello, aunque como bien sabés no lo aprobé cuando tu madre, gran lectora, me dijo que Annabel Lee, el poema de Poe, la había inspirado. La tristeza infinita, la desgracia, el terror, a veces, tiene timbres seductores y eso fue lo que sentí ante su elección. Por suerte tu mamá no me hizo caso. Ella era así: ferviente defensora de sus ideas y pasiones por encima de todo. Ya nadie lee ese poema tan fúnebre y vos quedaste con la belleza del nombre.
Me llamó la atención el asunto, es cierto, pero pensé que sería el título de una canción picaresca y me causó gracia: ¿Que sueñan los viejos?
Al comenzar a leer, advertí que sólo se trataba de un inusual pedido en pocos renglones: Querida tía. Necesito que me ayudes. En la Escuela de Periodismo me asignaron ese tema para que lo desarrolle . Necesito saber cómo son los sueños de los viejos y pensé que vos eras la persona ideal para decirme algo, hasta lo podría encarar como una entrevista.
Con mucho gusto, querida, pero es obvio que sólo podré res ponder por mis propios sueños. Supongo que entrevistarás a otros viejos también, ¿no?
Mi demora en contestarte te habrá indignado y ni hablar cuando la respuesta llegó como carta simple a través del correo ordinario. Y en estos momentos, frente a esta larga perorata , quizás estés sintiendo pena por mí. No te preocupes chiquita porque no sufro de mal de Alzheimer ni de ningún otro tipo de demencia , así que mi ayuda la tendrás.
La demora y el cartero golpeando a tu puerta fue una puesta en escena deliberada para que pudieras captar la relación de los viejos con el tiempo. Los jóvenes sólo valoran el instante. Y sí, son apreciaciones muy diferentes por eso pensé que tenía que ofrecerte esa larga introducción.
El paso del tiempo nos trae lentitudes biológicas pero sobre todo, filosóficas: rechazamos girar veloces en el remolino que nos empuja a la nada que ya no nos queda muy lejos.
Luego te encontraste con mi letra manuscrita, con mis propios trazos, nada de computadora ¿No te emocionó? ¡Jaja! Ahora sí podrás percibir cierta atmósfera y bastante lentitud que aparece hasta en los sueños cuando de viejos se trata. Te aclaro que aún cuando era joven me causaban mucha gracia las averiguaciones a través de formularios, generalizaciones, multiple choices, o entrevistas apuradas, frías sin la mínima idea de que cada historia humana es única. Siempre que podía las burlaba y contestaba cualquier cosa.
No temas, no estoy haciendo eso con vos. Los años me volvieron más juiciosa.
Los Departamentos de Publicidad Comercial de algunas empresas a veces envían circulares aparentemente personalizadas, es decir , a nuestro nombre:
USTED QUE ES UNA MUJER TAN VITAL Y SENSIBLE, sin siquiera tener la gentileza de agregar: EN CASO DE HABER FALLECIDO NO TENGA EN CUENTA ESTE FOLLETO y ahí sí, me dan ganas de contestar desde un supuesto Más Allá.
Pero vayamos al tema de los sueños. Creo que con tu urgencia manifiesta en el brevísimo mail no aclaraste a que sueños te referís :¿ Al que nos sobreviene cuando cerramos ojos, nos dormimos y la vida transcurre sin espacio, sin tiempo y sin lógica o a los que nos rondan cuando estamos despiertos: recuerdos, fantasías, proyectos?
Te pondré ejemplos, por si …no me explico bien:
Tengo mucho sueño, voy a dormir
Siempre sueño con una relación más afectiva y sensible entre los seres humanos
¿A cual de los dos sueños querés que me refiera?
Te aseguro que quisiera abreviar esta cartita porque no debés soportar más mi parsimonia, pero no sabés lo placentero que resulta a esta edad jugar con el tiempo. La juventud tiene otros juegos fascinantes.
Gracias a tu curiosidad, repasé toda mi vida dormida y el resultado no fue una pavada, te diré. En primer lugar, en el sueño una no se siente ni vieja ni joven. Hice un cálculo aproximado de horas vividas en sueños de dormir y me dio bastante más de doscientas mil horas desde que empecé a tener uso de razón. Son horas de mi vida, sí, de mi vida porque el sueño no es muerte, pero que recién descubro gracias a vos.
Tu mail diminuto me hizo pensar un montón.
Fijate que en todas esas horas de sueño se va desarrollando una especie de vida paralela, una vida espejo, una vida con revelaciones, y sinceridades muchas veces amargas. Hubo presagios o intensas vivencias que desafían al pasado y a todos los tiempos. Muchos momentos soñados construyeron realidades que en algunos casos aun perduran
Nunca aparece alguien en sueños que me diga: soñá sueños de vieja. ¡Por suerte! ¿no?
Dormir y soñar siempre fueron un misterio que subyugó a nuestros antepasados. Basta ir a la Biblia y encontrarás a hombres como de, no sé, seiscientos años que seguían soñando dormidos y despiertos. Tanto escuchaban que Dios o un ángel les hablaba, o se les aparecía una bella mujer trescientos años más joven con la cual prolongar el linaje. Supongo que muchos siglos después, al leer alguna de esas páginas , Freud dijo: ¡Ojo! Aquí pasa algo-Después siguieron otros , hasta llegar a la fabricación de medicamentos para la gente actual tan dinámica que quedó sin sueño de ambos tipos.
Los sueños no respetan las etapas de la vida como capítulos. Toda nuestra vida interior se mezcla sin que el tiempo cumpla ninguna función. Retazos de una novela que estoy escribiendo y que por ahora es un proyecto futuro se interrumpe con la sensación de estar sentada en el regazo de mi madre y sentirme chiquita por un instante sin la menor intromisión de la realidad que me recuerde que mis padres hace tiempo que no están –
Puedo volver a sentir en mi cuerpo la desenfrenada pasión joven de ayer o el tierno acompañamiento de mi pareja de hoy(te estoy dando una primicia ¡jaja!
Hasta aquí , sólo te comenté algo de mis sueños dormida. Faltaría repasar mis sueños despierta, quizás a los que más me aferro porque son los que me ayudan a torcer la realidad cuando se me pone en contra. No los contradigo. Son míos y no importa lo dura que se comporta la sociedad con los soñadores. Prefiero ese reto.
No todos los sueños se cumplen,es cierto. No poder cele brar con la mayoría de la humanidad el nacimiento de una sociedad mejor sin cataclismos naturales, desertificaciones, guerras, conflictos devastadores. Todos los flagelos que casi siempre son provocados por el omnipotente lucro o sed de poder sobre los otros aunque para ello haya que reinventar otra historia, es decir, una justificación. Si se cumpliera este largo sueño despierta sería como recuperar el Paraíso Perdido.
No te impacientes. A los sesenta años se siguen soñando felicidades y tristezas; erotismo y furias. Aparecen muertos cálidos y vivos de frialdad mortal.
A veces siento mucha pena por las expectativas humanas ante tantos signos de alarmante decadencia: culto al poder, a la fama, al consumismo; relaciones indiferentes o violentas; apuro permanente para no llegar a ningún lado desde el vacío más absoluto
Querida sobrina, no está todo dicho, pero tan sólo con esta semblanza que intento hacer para vos, no te enojes , pero me preocupa mucho saber ¿Qué sueñan los jóvenes, en general? O diré mejor: ¿Qué soñás vos?
Un beso cariñoso de
Tía Némesis
Claro que me acuerdo que me llamo Raquel – la memoria de los viejos tiene mala prensa pero no es para tanto - Mi actual pareja me llama Némesis y me pareció muy acertado ese nombre en la actualidad. ¡Ah, me olvidaba! ¿Querés que te mande fotos de nuestra “luna de miel”? ¡jajaja! ■
Estimada Cristina, a pesar de mi edad como corolario de tu escrito debo sentirme muy joven ya que sigue importándome el instante pero comparto por completo tus apreciaciones.
ResponderEliminarUn gusto leerte aunque cueste hacerlo en este formato.
Saludos.
Yo debo tener cambiada la perspectiva, porque tengo la edad biológica de " vieja", y continúo con mi sueño y mis sueños.
ResponderEliminarMe gustó, Cristina, cuando mencionas una realidad actual sobre la necesidad de evasión a precio de cualquier fármaco, y así se quedan sin ninguna clase de sueños.
Sigo adherida a la Sociedad de los Soñadores.
Un texto para mirarnos y mirar a los jóvenes.
Felicitaciones, Cristina , y saludos.
Cristina: es un texto excelente, coincido con la mayoría de los temas que abarcá tanto en el soñar dormido como en el soñar despierto. También en mi soñar despierto avizoro un mundo mejor.
ResponderEliminarEs bastante extraño, en el universo de la litaratira actual, escribir en el formato carta.
Te felicito.
Enriqueta
Me identifico con lo escrito por Marita asi que ya no me considero una anomalía. Abrazos, Cristina
ResponderEliminarY sí, la biología hace lo suyo pero no influye en los sueños, las ilusiones y la esperanza de días brillantes, hermosa carta llena de conceptos vertidos con humor e ironía transgresora, dónde hay que firmar, saludos, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarLos sueños son eternos , universales,no hay edad para los sueños.
ResponderEliminarMuy bueno Cristina , me despertó una sonrisa. Gracias.
amelia
Gracias a todos por los comentarios. Más allá de toda la charla de esta señora sobre los sueños, queda claro que , después de mucho tiempo, su sobrina ni siquiera le pregunta cómo está y eso, además de haberla elegido como emblema de vejez, no le gustó.
ResponderEliminarNo por casualidad, termina preguntando qué sueñan los jóvenes y tampoco por casualidad, su actual pareja la llama Némesis, la diosa de la venganza y de la justicia distributiva. Otra vez que quiera "aviejar" a la gente, la sobrina lo va a pensar.
Cristina Pailos