Ernesto
Bustos Garrido
Sobre el autor. El autor es
periodista de la
Universidad de Chile. Trabajó en radio, televisión y prensa
escrita por mas de 40 años. Hizo clases en las
Escuelas de Periodismo de esa casa de estudios, en la Pontificia Universidad
Católica de Chile y en la
Universidad Diego Portales.
Court con sed, se las sabe todas
Cuando
me separaba de Court esa tarde le dije:
- Oye,
el Transantiago* pasa por…
Pero no
seguí hablando, porque mi amigo ya iba subiendo un taxi de color negro y techo
amarillo, para regresar a su hogar. Habíamos estado charlando sobre esas
orquestas que hubo en Santiago y que tocaban en distinguidos lugares como El
Lucerna, el Waldorf, y El Goyescas.
Antes,
me había dicho que averiguara también sobre los músicos criollos que le
pusieron su sello característico a la noche, en un Santiago que vivía al ritmo
de los carros y del “chacolí” con huevos duros, en “La Piojera”. Me dio algunos
nombres para que yo indagara. En la lista estaban Federico Ojeda, el papá de la
Patty Ojeda, la esposa de Alfredo Lamaldad; Don Roy y su clarinete; el maestro
Lorenzo D’Acosta; Roberto Inglez que grabó con Lucho Gatica; y el llamado
“Músico Danzarín” don Isidor Handler entre otros.
- Busca
y hallarás -me dijo muy serio.
Pero antes Court me dijo que observara con
atención el nuevo diseño de los billetes, donde en el de mil pesos, por
ejemplo, le habían sacado la gorra militar –el quepís- al héore de La
Concepción, Ignacio Carrera Pinto, y que incluso ya no se le veían los grados
militares sobre sus hombros. Además, en el nuevo diseño más parecía un abogado,
que un oficial del “gloriso Ejército chileno” durante la Guerra del Pacífico.
-Buena,
le dije a Court, después de comprobar su aguda capacidad de observación. - Me
parece estupendo, le comenté, que vayan sacando de nuestra vista y de nuestras
vidas, todo lo que huela a “milico”. Independiente de su grosera participacion
en el golpe de estado que derrocó a Salvador Allende, esa casta de mediocres,
le dije, no merece estar en el sitial que las derechas le han conferido. Para
ser héroe no se necesita vestir uniforme militar. Hay muchos mas héroes civiles
que militares, digo yo.
Y me
acordé de un tal Ernesto Urra, actor, poeta de bares, que una noche, estuvo
tomando con Alfredo y otros amigos, y que se le declaró al Rucio, porque él era
maricón. Urra ufanaba ser un galán de los radioteatros de esos años, con una
voz profunda y aterciopelada que hacía suspirar a miles de mujeres. Sin
embargo, era el héroe del sablazo en los bares y chincheles. Te recitaba una
poesía a cambio de un vaso de vino, aunque estuviera agrio.
-
¡Hurra!, reaccionó Court y bajándose del taxi me invitó de inmediato a tomar un
trago en “El Petit Bar” de la Plaza Ñuñoa.
Urra,
el verdadero Urra y la mención del vaso de vino, le habían despertado
nuevamente la sed de vivir. :■
* El
Transantiago es el actual sistema de locomoción colectiva en la ciudad de
Santiago. Los bares nombrados fueron lugares emblemáticos de la bohemia
capitalina en los años 50 y 60. El capitán Ignacio Carrera Pinto es un héroe
nacional por su participación en la batalla de La Concepción , librada en
territorio peruano durante la
Guerra del Pacífico. (1879-1882) donde Bolivia perdió su
salida al mar. “La Piojera ”
es el mas “cool” de los bares que existen en Santiago de Chile. Su emplazamiento
cerca del Río Mapocho, ha sido declarado algo así como Barrio Histórico de la Capital.
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