ERA SÁBADO.
Qué hermosas son las centáurides, aunque tengan cuerpo de yeguas; porque algunas crecen de yeguas blancas, otras de yeguas castañas, y el pelaje de otras es manchado, pero todas brillan como las yeguas bien cuidadas. También hay centáurides blancas que crecen de yeguas negras y la oposición de colores produce una criatura unida de gran belleza.
FILÓSTRATO, EL VIEJO
Era sábado.
Los instintos se ocultaban en la bruma.
La cordura era un caballo negro, desnudo.
Blanca luna de plata.
Grabamos, en un pacto rupestre.
A fuego lento, enardecidos.
A fragua y yunque.
Extrañísimos. Secretísimos signos.
Astrágalos.
Si alguna vez emigro de tu cuerpo.
-Recuerdo que dijiste-
Búscame aquí. Te estaré esperando.
Y ahora ha emigrado el corcel y el hombre.
Mi perfil te busca
Tengo las zarpas rotas. Hay verbenas salvajes.
Entre ellas, casi dormida, una mansa yegua.
Y era sábado.
Mitológicamente hablando Amelia nos despierta con una poesía erótica y épica donde fluye su letra entre verbenas.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
ESTA METÁFORA-POEMA AMELIA ME LLENÓ DE LUZ. AUNQUE TRASPARENTA TRISTEZA TIENE TAN BELLAS IMÁGENES, REALMENTE UN GRAN POEMA. MUY LOGRADO. FELICITACIONES. ME GUSTÓ MUCHO. MARTTA COMELLI
ResponderEliminarQué hermoso! Tus palabras contienen uno y mil significados. Me encantó el lenguaje que usaste para dejar fluir el sentimiento y también el tema.
ResponderEliminarMuy bien!
Amelia, con letras y palabras, tal como las siete notas musicales has forjado un poema diferente a los ya hechos, colocando las letra y palabras en el justo lugar y conjugar con ellas una hermosa sinfonía. Muy hermoso poema, Filóstrato, el viejo.
ResponderEliminarUn abrazo
Sonia
Me gustaron las comparaciones de exotismo y extraños significados. Siempre eros, lo animal, la vida y el amor unido a todo ello.
ResponderEliminarGracias por el poema.
Graciela Ur