Martha Goldín
Caminé esas calles arboladas hasta la casa de videos que me habían recomendado.
Cuando dí mi nombre la persona que me atendió dijo con cierta curiosidad.
–Ya te tengo anotada. Siempre venís a buscar películas de arte.- sonrió amable.
Yo no lo conocía.
Al notar mi asombro me mostró el cuaderno en el que vi mi nombre y una dirección que, por supuesto , no era la mía.
Desde ese día reconozco , casi con terror, que temo encontrarme.
ººº
para nosotros los recuerdos y la lluvia
justicia por todo lo perdido
sed
sombras que caen
arrancadas sin piedad por el tiempo
para nosotros,
inalterable
la memoria
usar la palabra
como quien echa a volar un pájaro
nombrar desde tan lejos
que la voz se pulverice
y sea sólo rescate del olvido
el hueco donde habita
insomne
la memoria
ººººººººººººººº
Los demás nos recuerdan lo que ya no recordamos y es uno de los precio que se paga al avanzar la edad...
ResponderEliminarCelmiro Koryto