Gunther Grass
Escritor alemán, figura capital en la literatura alemana después de la II Guerra Mundial. Nació en Danzig (ahora Gdansk, Polonia). Después de servir en la fuerza aérea alemana durante la II Guerra Mundial, estudió en la Academia de Artes de Düsseldorf y en la Academia de Bellas Artes de Berlín. Empezó escribiendo teatro: Tío, tío y Los malos cocineros(1961); estas obras teatrales de Grass no fueron tan bien acogidas como las novelas que las siguieron. Su primera novela, El tambor de hojalata (1959) obtuvo un enorme éxito, y más tarde fue llevada al cine. Después escribió otras novelas: El gato y el ratón (1961), Años de perro (1963), El rodaballo(1977) y Partos mentales (1980). En sus novelas se mezclan de una forma nada convencional el realismo, lo macabro, la fantasía y el simbolismo, todo al servicio del tema de la culpabilidad colectiva. Sus obras presentan habitualmente la lucha de un hombre, a menudo él mismo grotesco en su morfología o en sus percepciones, por preservar su individualidad en medio de lo que Grass concibe como la pesadilla materialista de la vida contemporánea. Político comprometido, Grass ha ofrecido algunas veces su apoyo al Partido Socialdemócrata. Sus escritos políticos están recogidos en varios libros, como Alemania, una unificación insensata (1989),Malos presagios (1992) o Discurso de la pérdida: sobre el declinar de la cultura en la Alemania unida (1993). En 1999 recibió el Premio Nobel de Literatura. © eMe
Las ventajas de las gallinas de viento
Porque apenas ocupan sitio
en sus perchas de corrientes de aire
y no picotean mis domésticas sillas.
Porque no desprecian las duras mondas de los sueños,
ni corren tras las letras
que el cartero pierde cada mañana ante mi puerta.
Porque se quedan quietas
de la pechuga al penacho,
paciente superficie, escrita en letra pequeña,
sin olvidar plumas ni apóstrofos...
Porque dejan la puerta abierta
y la clave sigue siendo la alegoría
que canta de vez en cuando.
Porque sus huevos son tan ligeros
y digeribles, traslúcidos.
Quién vio ese instante
en que el amarillo se harta, agacha las orejas y calla.
Porque su silencio es tan suave,
la carne del mentón de una Venus,
las alimento...
A menudo con viento del Este,
cuando pasan las hojas de tabiques intermedios,
se abre un nuevo capítulo
y me apoyo feliz en la valla,
sin tener que contar las gallinas...
porque son innumerables y se multiplican sin pausa.
en sus perchas de corrientes de aire
y no picotean mis domésticas sillas.
Porque no desprecian las duras mondas de los sueños,
ni corren tras las letras
que el cartero pierde cada mañana ante mi puerta.
Porque se quedan quietas
de la pechuga al penacho,
paciente superficie, escrita en letra pequeña,
sin olvidar plumas ni apóstrofos...
Porque dejan la puerta abierta
y la clave sigue siendo la alegoría
que canta de vez en cuando.
Porque sus huevos son tan ligeros
y digeribles, traslúcidos.
Quién vio ese instante
en que el amarillo se harta, agacha las orejas y calla.
Porque su silencio es tan suave,
la carne del mentón de una Venus,
las alimento...
A menudo con viento del Este,
cuando pasan las hojas de tabiques intermedios,
se abre un nuevo capítulo
y me apoyo feliz en la valla,
sin tener que contar las gallinas...
porque son innumerables y se multiplican sin pausa.
Estadio de noche
Lentamente ascendió el balón en el cielo.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario,
pero el árbitro pitió fuera de juego.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario,
pero el árbitro pitió fuera de juego.
Asuntos de familia
En nuestro museo—vamos todos los domingos—,
han inaugurado una sección nueva.
Nuestros hijos abortados, embriones pálidos y serios,
se acurrucan en simples tarros de cristal,
preocupados por el futuro de sus padres.
han inaugurado una sección nueva.
Nuestros hijos abortados, embriones pálidos y serios,
se acurrucan en simples tarros de cristal,
preocupados por el futuro de sus padres.
Traducidos por Miguel Sáenz
El Canon de G.Grass es tan importante que encontrar habilidad e ingenio en sus poemas es resultado del ruido de su tambor de hojalata y un gusto leerlos.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Realmente, que habilidad , que creatividad y que tremenda cr´tica, encubierta, al Sistema . Me encantó.
ResponderEliminarMuy buena , también la introducción , gracias.
amelia
los nativos aplauden a los nativos, o entre ellos...
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