es hora 39 hay noches
en las que una soga seduce
como una bailarina rusa
o una cobra
encantada
por un flautista infernal
sabes –crees saber- que es mero coqueteo
y el romance no prosperará
pero no puedes dormir
la miras
la anhelas
y la rechazas
la esperas
mas le temes
es un amor infrangible
a lecho perpetuo
y tú eres inconstante
toda la vida lo has sido
te nutriste de amores dispares
amarillos de whisky
salobres de orillas
aromados de vino
de adioses grises
entonces acontecías lejos del ecuador
y hoy te alejas de él
ni un improvisado tendedero increpaba
¿lavas o qué?
no faltaban ambiciones
ni se amontonaban los intentos
te batías cada noche a duelo con la luna
y la soledad por serlo
no empaquetaba al vacío
el suceso rozaba la yema de los dedos
pues los fracasos eran pasajeros
y los pasajeros leían en los bancos del parque
como ahora tú
ya ves
es hora de amarrarse a algo
¿pero a qué?
Utilizando una misma cuerda el autor desanda una carretera líquida de sensaciones busca el nudo que sostenga la imperiosa salvación.
ResponderEliminarPoesía emblemática, recurrente y con la plena sinceridad que lo representa.
Celmiro Koryto
Siento que la nostalgia , "la tristeza de no ser" se deslizan tenuemente.
ResponderEliminarUna dialéctica que jamás podrá ser sintetizada recorre el amor que ya no será.
amelia
La soga de los primeros versos vertebran todo el poema donde se articula el amor, los fracasos, la soledad y la necesidad de anclar, por fin.
ResponderEliminarUn poema que se nos prende.
MARITA RAGOZZA
´Se acabó el "amiguismo, los mensajes personales, la falsedad".
ResponderEliminarel justiciero
No he leído mucho de Ramírez, lo que leo acá me gusta.
ResponderEliminarNo creo que se haya acabado el amiguismo si se sigue hablando así, se hace contrapunto, orilla inversa. No entiendo eso de decir tanto. Si tanto se dice tal vez no se tiene.