SONIA FIGUERAS
EL HOMBRE
La tarde declina,
el frío inmoral,
insolente
quema las manos
gastadas,
paspadas
de remolcar pesados tablones,
carretillas cargadas.
La sirena suena
interminable,
estridente.
Cesan los ruidos dantescos,
los golpes de las mazas.
Lento,
con pausa,
cansino, moja su cabeza.
La rutina
lleva sus pies helados
sus llagas
y besa la frente de su niño dormido.
HOY
Cuatro chapas
una lona por cortina.
Manso, replegado,
la respiración entrecortada,
se entrega sumiso a su destino.
Ya no piensa
sueña que un día fue hombre.
Hoy no sabe siquiera de dolores
hoy espera simplemente
dejar de respirar.
LA MINA
Larga fila
negros los rostros desamparados
pies arrastrados
llanto en los ojos
bajos los brazos
en sus despojos cunde el horror
muchos no vuelven
…quizás algunos.
Retumba el aire. .
Gritos…
la bronca excita el desaliento de las mujeres
Cierra la mina
no habrá trabajo
aunque
haya marcha
Muy buenos Sonia, poemas desde la belleza y el compromiso. Felicitaciones.
ResponderEliminarAbrazo
Creo que no sé poner comentarios, se escapa. Felicitaciones Sonia, me gustaron mucho estos versos. Había puesto otra cosa, pero no sé repetir de memoria.
ResponderEliminarFelicitaciones
Camila Seres
Gracias Anónimo, lástima no saber tu nombre para escribirlo más fuerte, gracias Camila Seres por interpretarme y mil gracias a Ester y al profe por dejar que otros lean estas cosas mías.
ResponderEliminarUn abrazo.
La revista está cada vez más poblada, lejana, cercana, excelente revista que une a los grandes
con los noveles atrevidos que pugnamos por escribir.
Sonia