Charles Bukowski, poeta del underground, lanza esta irónica pregunta a
todo aquel
eue, como él, busca transitar por el incierto oficio de la
escritura.
·
¿Quieres ser escritor?
Charles Bukowski desafía tus pretensiones literarias /
Entre los nombres
malditos de la literatura, pocos tan significativos como Charles Bukowski, ese
hombre que convirtió el alcohol, el sexo y la vida precaria del outsider en la
materia imperecedera (y sublime, hay que decirlo) de la que están hechos los
libros, esa cara oscura de la civilización que, estrictamente, no tendría por
qué ocultarse o marginarse.
Sin embargo, suponer que el elogio de estas circunstancias es la
verdadera raison d’être detrás
de la obra de Bukowski, sería un tanto reduccionista. Bukowski solo se alineó a
esa nómina de escritores iniciada sobre todo en la Rusia decimonónica, la de
Dostoievski y Gógol y Chéjov, que extrajeron de los bajos fondos las perlas
sucias de la sociedad, descubriendo el heroísmo ceniciento de los burócratas
apresurados envueltos en abrigos raídos, el oprobio cotidiano en medio del cual
también florecen la virtud y la redención —así sea a posteriori, por la vía
transformadora de la literatura.
Asimismo, dejando por
un momento de lado estas circunstancias, accidentes en el sentido aristotélico
del término, es posible trazar una zona común donde Bukowski se hermana con
otros grandes escritores por esa constante que aparece en la estructura vital
de casi todos: la necesidad impostergable de escribir, la concepción de esta
acción como un impulso de satisfacción urgente, crucial en el esquema subjetivo
de supervivencia diaria: se escribe para poder vivir, no más.
Prueba de ello es este poema en el que el autor de El
amor es un perro infernal examina
el oficio literario.“Así que quieres ser escritor”, dice Bukowski, con cierta
ironía, con cierto desdén desafiante para que otro como él, comprometido con lo
que siente como su vocación más profunda y auténtica, se atreva a responderle
con un Sí rotundo que dé la cuestión por terminada. (M.R.)
¿ASÍ QUE
QUIERES SER ESCRITOR?
Si no te sale
ardiendo de dentro,
a pesar de
todo,
no lo hagas.
A no ser que
salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y
de tu boca
y de tus
tripas,
no lo hagas.
Si tienes que
sentarte durante horas
con la mirada
fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu
máquina de escribir
buscando las
palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por
dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces
porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que
sentarte
y reescribirlo
una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa
sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás
intentando escribir
como cualquier
otro, olvídalo.
Si tienes que
esperar a que salga rugiendo de ti,
espera
pacientemente.
Si nunca sale
rugiendo de ti, haz otra cosa.
Si primero
tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres
ó a cualquiera,
no estás
preparado.
No seas como
tantos escritores,
no seas como
tantos miles de
personas que se
llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y
aburrido y pretencioso,
no te consumas
en tu amor propio.
Las bibliotecas
del mundo
bostezan hasta
dormirse
con esa gente.
No seas uno de
ellos.
No lo hagas.
A no ser que
salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que
quedarte quieto
pudiera
llevarte a la locura,
al suicidio o
al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el
sol dentro de ti
esté quemando
tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea
verdaderamente el momento,
y si has sido
elegido,
sucederá por sí
solo y
seguirá
sucediendo hasta que mueras
ó hasta que
muera en ti.
No hay otro
camino.
Y nunca lo
hubo.
Bukowski
¡Cuantas verdades dichas poéticamente! Cuanta pretensión anda por allí entre nos y en nosotros mismos.
ResponderEliminarGraciela Urcullu
En la respuesta a la pregunta cada verso roza la verdad del que fue y vino, del que la tiene clara como se dice en el barrio. Carlos Arturo Trinelli
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