PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS Annie Leibovitz
La fotógrafa que contaba cuentos
Luis Alemany | Madrid
"Me conformo con hacer cinco buenas
fotografías al año". Cinco fotografías buenas por 42 años de carrera suman
220 obras notables además de, desde esta mañana, el Premio Príncipe de Asturias
de Comunicación y Humanidades, que este año recaerá en la fotógrafa
estadounidense Annie Leibovitz (San Francisco, 1949), la
autora de la frase entrecomillada.
¿Hace falta explicar quién es Annie
Leibovitz? Desde los años 70, su figura y su cara larga y desgarbada, sus
maneras retraídas y sus retratos teatrales y psicológicos están en la cabeza de
cualquiera que lea los periódicos. Pero la historia de Leibovitz empieza antes,
en la edad mítica de la contracultura de Nueva York. "Ya no vivo a través
de las fotografías. Y espero no volver a hacerlo. Viví esa experiencia cuando
era joven. Si no sacaba una buena foto me sentía fracasada. Estaba implicada
hasta la obsesión. Era lo único que tenía sentido para mí", explicó
Leibovitz en una entrevista publicada por EL MUNDO en 2009.
1971 es la primera fecha importante:
Leibovitz entra en la plantilla de 'Rolling Stone' contratada por Jann Wenner. Allí
logra lo que muy pocos artistas han conseguido: romper, inventar algo, la
fotografía de estrellas. Imágenes teatrales, narrativas, psicológicas,
ensoñadoras... El trabajo de Leibovitz se suele resumir con la lista de
personajes a los que ha retratado (William Burroughs, John Lennon y Yoko Ono
abbrazados, los Rolling Stones, la Reina Isabel II, Mijaíl Gorbachov, Keith
Haring, Miles Davis, Warhol, Bowie, los Obama, Miley Cirus en actitud
erótica...), pero lo importante es que fue ella la primera en fotografiar como
quien inventa relatos para los niños antes de dormirlos.
"¿Una definición? La fotografía es una
forma de narrar, de contar historias", decía Leibovitz en la entrevista de
EL MUNDO de 2009.
"Cuando empecé a hacer portadas para
'Rolling Stone', me vi de pronto imaginando cosas para que otros las hicieran;
por eso había mucha puesta en escena pero yo no era consciente de estar
haciendo algo especial, tan sólo algo más interesante que
quedarse simplemente sentado. Eso empezó a convertirse en un juego, cuanto más
lo hacía más me daba cuenta de que puedes llegar tan lejos como tu propia
imaginación", explicaba la fotógrafa en otra entrevista con este diario,
en 1992.
En 'Rolling Stone', Leibovitz aguantó hasta
1983. Después, se marchó a 'Vanity Fair', revista a la que sigue vinculada. Su
fórmula, para entonces, ya había triunfado. "Mucha parte de esa obra [de
los encargos que recibe] creo que es basura, aunque hay una parte interesante. Conozco
la diferencia entre una buena foto y otra de circunstancia... Aunque el
verdadero trabajo personal es la edición del material".
Las declaraciones pertenecen, de nuevo, a la
entrevista de 2009, concedida al hilo de la presentación de una exposición en
Madrid con fotografías íntimas de Leibovitz. Instantáneas cotidianas en vez de
grandes producciones. Imágenes frescas que recordaban a la fotógrafa anunciada
y después perdida en su famoso reportaje sobre la gira de los Rolling
Stones de 1975. Entre las imágenes, destacaba la presencia de Susan Sontag,
la pareja de Leibovitz desde 1988 hasta la muerte de la escritora en 2004. La
colección incluía retratos de la decadencia física de Sontag durante sus
últimos meses. A Leibovitz, que había hecho pública su ruina financiera algunos
meses antes, le reprocharon que hiciera públicas esas fotografías para
lucrarse. "Dudé mucho sobre si debía dar a conocer esas imágenes. Una cosa
es disparar la cámara y otra publicar lo que recoge. Hablé con distintas
personas que habían tenido familiares o seres queridos en situaciones
parecidas. Ahora, cuando ven las fotos, vienen a darme las gracias. Más que
memoria de mi vida, mis fotos son una evidencia, una prueba de mi existencia. [...]
Es curioso: cuando Susan murió y me puse a ordenar carpetas no pensaba que
tendría tantas fotos suyas. Era difícil fotografiarla. Descubrí mucho material
que no recordaba y que me trajo a la memoria nuestros días en común. No estaba
segura de lo que habíamos tenido hasta que lo vi a través de las imágenes. Son
parte de nuestra historia, cuentan nuestro amor, aunque no por completo.Siempre
queda algo".
De veras, la foto cuenta una historia, varias quizás. Desconocía esta, la historia de la fotógrafa.
ResponderEliminarGraciela Urcullu
A partir de la fotografía, el autor del artículo enfatiza la sensibilidad de todo artista. Me siento compenetrada cuando se refiere a las OBSESIONES ( lo mismo que Gelman).
ResponderEliminarSu lectura me hizo entrar al mundo de la fotografía, del cual desconozco bastante.
Excelente publicación.
MARITA RAGOZZA
Interesante y completo artículo sobre la ganadora del premio . Gracias por compartirla.
ResponderEliminarSin dudar sobre la trayectoria de Leibovitz el premio añade el plus de ser entregado por primera vez a una disciplina como la fotografía (todavía discutida su pertenencia al arte) y por segunda vez a una mujer, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarLei aquí: “llegar tan lejos como la propia imaginación…” Inevitable retrotraerse a Imagine y la imagen desnuda de Lennon colgado de Yoko, como ese fruto ya maduro presto a “un mundo de paz, sin posesiones ni hambre”. Con respetuoso cariño: Felicitaciones por el premio principe de Asturias, Sra. Annie Leibovitz. ElsaJana.
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