Nuestro oxímoron
Chao, me voy con el Mar
Se va conmigo todo lo que llevo dentro
Esta mentira de creer que estoy cuando me pierdo
Esta comodidad de tener el día bajo control
De escribir sin estremecimiento
De enviarte cartas falsas para que veas que te pienso
Chao, me llevo estas ganas de pensarte simplemente
Y de escribirte
cuando ya no pueda más de tanto llevarte
Me voy, en medio del desorden que quita la cadena
Al borde de la ignorancia que me libra de importarme
Puede ser que el Mar me regrese lavada por su espuma
Y me ponga a secar luego entre las rocas
Entre los acantilados que cortan mi contradicción
Quizá para entonces me ría y me entristezca
Por esa cualidad tan cambiante que me vive
Y que nos muere
El mar en mí
El mar me esculpe con su ola negra
En el filo de su hoja
La noche multiplica su mágica borrasca
Y estalla bajo mis párpados cerrados
Luminosas filas de arenques fosforecen
En el lecho en que me abismo
Será que quieren olvidar en mí
Su soledad acorazada
Será que me dejan su estela como guía
Y se pierden lejos de mi hemisferio izquierdo
Penetro en mi vastedad, el mar es tibio y quieto
De tiniebla perturbada sólo por relámpagos
De peces transparentes
Así debía ser tu muerte apresada en la marea
Devuelta de olvidos, perfumada de sal
Yo debía así sentirte en tu silencio
Y debía recordar que vendrías
Trocando tu fantasma oceánico en azufre encendido
Ahora que estás ya para siempre
No temo despertar en tu negrura:
Infinita galaxia de mi cuerpo sin sombra
Impaciencia
Pasa seguido que
somos lo que no queremos
Pasa que cuando lo
que deseamos no se alcanza
Sembramos en el patio árboles ajenos al alma
Para decir que los tenemos simplemente
Para decir que lo importante era sembrar
Pasa seguido que
pintamos la casa de verde
Por no encontrar
el turquesa en la ferretería más cercana
Pasa que al quererlo todo tan rápido, se pierde
Y se gana lo que
parecía ser
Pasa también que
la suma de silencios
Es la suma de los deseos irrealizados
Y dejamos de escribir
Fuera de los fracasos por encontrar lo buscado
Nos abismamos en la negación de la palabra
Nos adelantamos al tiempo de recibir
Nos convertimos en cobardes
Resaca
Quería morderte, fruta azul
Quería habitarte, pueblo fantasma
Quería escucharte, ronco torbellino
Quería hundirme, abismo
Para hacerlo me senté en tus orillas
Te miró el único ojo de la frente
Y me apareé diluida y absoluta
Disfruté de tu fiesta pagana
Imploré tu misma suerte
Me arrepentí ante ti de mis delitos
Ahora que he probado a lo que sabes
Que he sido huésped de tu profunda torre
Sin que haya podido nombrarte una palabra
Un cataclismo me expulsa de tu centro
Un sabor a petróleo y pesticida me quema las papilas
Una visión de muerte me horroriza
Ya no eres memoria de la luna
Tu superficie es mortaja de peces y moluscos
Tu bramido es eco, un golpear de tarros de basura
Y aunque en el fondo te habites, afuera no reflejas
Ya no eres el sueño diluido
Hace tiempo que dejaste de ser mar
Cuando leamos estos poemas de gran belleza, ya núnca más seremos lis mismos. Felicitaciones a la Revista qu nunca duerme por la calidad de publicaciones que viene haciendo y con esto enriquecer nuestros conocimientos.
ResponderEliminarAy que maravilla, que fuerza!!!
ResponderEliminarMe identifico tanto cuando habla del mar!!
Así lo siento: el mar me lava , me purifica , me llama!!
Me encantaron!!
Canto al mar - naturaleza. También a la ecología. Excelentes.
ResponderEliminarGraciela
Tiene un mensaje para valorar la naturaleza con la fuerza de los sentimientos, mostrando que somos razón, pero también emociones.
ResponderEliminarEduardo Almeida R