Juguemos
a jugar que todas somos Madres.
Dedicado a la Memoria de mi ex-alumna de
la Escuela de
Economía de la Universidad
deConcepción, Muriel Dockendorff, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años
Nací persona. Fui hija única.
Como víbora que se atraganta con su
cola, me hice mujer.
Melpómene. Como decía mi padre de mi
madre
devine en diosa de todas las
tragedias.
‘Eres una mujer hermosa’. Lo siento,
Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde. Erguido, bigotudo,
pintoso, armado, como mi padre.
Soy la Libertad , os lo repito.
Una bandera. Soy senos. Fui
marsellesa.
Y soy quimera. Un hecho y mil
palabras. Aturdida, histérica, un ser cambiante.
Hundidos ya los dientes a patadas,
soplando al viento los quijares,
bebida ya la sangre coagulada, rodeada
de fieras amaestradas, con su orina,
su semen, su ignorancia, sus
cigarros...
La vagina que muerdes, perro-man
que penetras
como un buitre, como la de tu madre.
Y la violas
como si fuéramos tu hermana. Asesino.
¿No sabes que tú también
eres parte del pueblo, soldado,
camarada?
Un número y violada. Duerme. No
llores, no te mates. Mira volar las golondrinas
rojo y blanco, y en el campo,
recuerda, serás siempre aquel rumor reverberante,
En el lecho, colina sin bastiones. Tu
juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre. Ella es estrella.
Muriel: en el despeñadero mapuche
pusiste tu fusil en alto, llamarada.
Alumna, hija, tía, hermana, amiga,
novia, esposa, compañera.
Amenazada entregada golpeada sucumbida
calumniada, Muriel
fue acribillada.
Regaron los servicios con
tu sangre, te entramparon, desnudaron, enlazaron,
violaron cinco, diez, quince, veinte,
cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no
llorabas, nada nos cambiaba.
Gritaba el golpeador, el gran dios de
los genuinos zánganos,
de los colegas sin sustancia, de los
desarropados con miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataron de desnudarte el
alma.
No la fusiles, no nos golpees, ya
basta, mataron tu inocencia,
deja que alguien escupa a quien
te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el
centinela tiembla, y cuenta:
uno, dos, tres
y vuelas: eres otra vez una paloma
rojinegra vestida de mil soles.
No la embarace, no la roce, no la
hiera, mejor mátela, Coronel,
y la embaraza, la roza, la hiere, es
una niña,
gime, sangra, se abomina, y la hiena
la mata...
Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta y la primavera
va desnuda,
porque crecen las sierras y los
volcanes rugen,
hablaremos de los partos, juntaremos
todas las manos jugando
a que todas somos Madres.
Porque naciste hembra y moriste
persona.
Version original en
Marta Zabaleta Hinrichsen ©Londres,
2003
Marta, esta hermosa y brillante recordación a tu alumna, una desaparecida como tantas nuestras, nos hermana en la necesidad de la reparación, de la manera que, a pesar del tiempo transcurrido, vamos haciéndolo, enviando a la cárcel a los sobrevivientes genocidas. Un abrazo, hermana. MEMORIA VERDAD JUSTICIA.
ResponderEliminarSonia Figueras
Sonia: si me quedaran lágrimas hoy dia, te mandaria algunas. Pero la fuerza de los recuerdos es tan grande, que las energías solo me dan para seguir luchnndo un poco mas, día tras día..
EliminarY de sos recuerdos, claro, pocos son tan terribles como asistir, estando prisionera, a la violación de otras mujeres por los bárbaros..
Por eso, gracias por estar aquí.
Un saludo muy cálido, Marta
Marta , que bueno encontrarte aquí comadre!!!
ResponderEliminarEsa mirada alegre y pícara demuestra que le has ganado a los desgarros de la vida , tal es el poema que aquí se publica.
Un abrazo fuerte , fuerte.
Hola, golondrina puntana! Comadre y colega, amiga y compinche que siempe das agua al/a sediento/a. Sí, la vida siempre te da siemrpe, y vos lo sabes tan bien!!! segundas , terceras, y ... a veces, hasta más oportunidades, y yo trato de no dejar pasar ninguna. Gracias por tu comentario acerca de mi mirada; ese día, en 1993, volvía de Costa Rica y presentaba un libro a pediod el diario local. Estoy en casa,como rezándole a Godot en inglés... ja ja ja. A ver si venis a visitarme,caminante no hay camino, se hace camino al charlar.
ResponderEliminarCon todo mi permamente cariño, Amelita, de tu Marta
" No, no, no , Coronel. . ."
ResponderEliminarEscalofriante poema que deshilacha el corazón.
Qué gran poeta eres, Marta para decir bellamente lo siniestro.
Felicitaciones y saludos.
MARITA RAGOZZA
Pucha, Marita: tu comentaraio me dejó estremecida,o solo en si mimso, por lo cual te quedo agardecida, sino porque me recordó que una vez, en Chile, en 1965, cuando atravesaba una gran crisis personal, alguien quein le mande uan carta me dijo exactamente lo mismo que ahora me decís vos. Esta vez, pues, es como para creérmelo, Marita. Y esa ilusión alimenta el corazón; vos lo sabes muy bien. Abrazos, desdel frio exilio en Londres, con 100% de humedad...tiemblan hasta los huesos... Marta
ResponderEliminar