sábado, 17 de noviembre de 2012

sobre Antonio Muñoz Molina



Antonio Muñoz Molina
“Nada da tanto como el libro a cambio de tan poco”
Consciente de que “la crisis nos afecta a todos, por el retroceso en las librerías y por los graves recortes en bibliotecas”, Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaen, 1956) confiesa optimista que a él esta temporada le han pasado algunas cosas tan buenas como que su novela La noche de los tiempos (elegida por los críticos de El Cultural como la mejor novela de 2009) haya sido muy bien recibida en Francia, en Holanda y en Alemania - “y en Francia le dieron un premio hace poco, el Méditerranée étranger ”- y que se esté traduciéndose ahora mismo en Estados Unidos. Tampoco la Feria del Libro de Madrid, por ejemplo, le dio motivos para el desconsuelo. Todo lo contrario, a pesar de los agoreros, estuvo bastante bien. Así que no soy de los que más pueden quejarse. Y como lector la verdad es que he disfrutado mucho”.

Lo hace siempre, porque es un lector indesmayable que tiene muy claro, y lo proclama sin disimulo, que “nada da tanto como el libro, a cambio de tan poco. Mundos enteros al alcance de la mano. Y un alivio para el narcisismo tecnológico: sumergirse de verdad en otras vidas seductoras”.

Las vacaciones de verano le encuentran, como siempre, a trasmano entre Madrid, Granada, Úbeda y Nueva York, pero 
el cuerpo literario, confiesa, le pide también“largas distancias y cumbres bien altas, aprovechando que hay algo más de sosiego. La alternativa entre clásicos y descubrimientos no es real: Ezra Pound decía que literatura es novedad que sigue siéndolo. Yo cada vez que vuelvo a un libro supuestamente clásico encuentro mayores sorpresas”

-¿Y que títulos en concreto se ha reservado este verano?
-Ahora mismo tengo entre manos 
La Cartuja de Parma de Stendhal y una biografía nueva de Joyce.

Lo suyo, no hay que dudarlo, son los clásicos, a los que vuelve sin descanso cuando tiene ocasión. Por eso, cuando se le pregunta por una recomendación concreta para un lector poco avisado, primero asegura que “cualquier gran novela tiene los suficientes elementos de intriga para hacer innecesarios esos grandes éxitos más o menos prefabricados”. Luego, sin dudar un instante y en realidad sin darse cuenta de lo acertado de su recomendación porque no recuerda que este también es el año Dickens, o que los Juegos Olímpicos se celebran en Londres, 
apunta a la Casa desolada del genio inglés, ya que, dice “si un novato quiere paladear la mejor literatura, nada como sumergirse en una trama prodigiosa”. 

Quizá por eso confiesa que como lector ha tenido “casi tantos grandes libros como grandes veraneos. Pero no es una cuestión del pasado lejano. Cuanto mayor me hago más disfruto de la lectura. El verano pasado, sin ir más lejos, tuve el disfrute de 
La montaña mágica y Doctor Zhivago. Un libro que no me guste no llega a aguar nada, porque lo dejo de inmediato”.

¿Y que hace un columnista, académico y narrador en estos meses? El autor de 
El jinete polaco, El invierno en Lisboa o La noche de los tiempos está ahora mismo dando vueltas a su nuevo libro, aunque no parece confiar mucho en que estas horas de asueto le inspiren demasiado: “¿Rematar una nueva novela? Con encontrar un principio sólido me daría por contento”), dice bienhumorado. 


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1 comentario:

  1. Es cierto que con los años se disfruta más de la lectura y la magia de los libros. El concepto de hallar un principio sólido para una novela está entre los consejos de Hemingway para escribir una novela y me parece acertado, Carlos Arturo Trinelli

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