Dos poemas de Máximo Simpson
Oíd
Reeplicó Yahveh: “¿Qué has hecho?
Se oye la sangre de tu
hermano clamar
a mí desde el suelo”.
Génesis,
4.10.
Oíd, mortales…
Himno
Nacional Argentino.
Desde el Sur hasta el Norte,
del Este hasta el riñón de la tristeza,
oh ninguno, oh nadie,
oh la sombra de Jorge Julio López,
el que
dijo que sí, que había visto.
Me duele el esternón
cuando entreveo
que esa tierra de nadie es esta patria,
esta ceniza prematura.
Allí donde se encuentren,
en cualquier latitud, en cualquier piedra
de esta patria confusa,
en umbrales ocultos o en medio de la calle,
o en la cama vacía donde beben
neblina del olvido,
Oíd mortales el grito
sagrado
del que dijo que sí, que había visto.
Oíd, oíd ahora:
abrigad a esta sombra.
Maltiempo
Llueve sobre relojes y retratos, sobre zapatos y praderas,
sobre el invierno y el verano.
Llueve sobre Jonás y la ballena, sobre Moisés
en la montaña, sobre Jesús crucificado.
Llueve sobre los rostros del Mesías.
Llueve sobre José, sobre David,
y llueve sobre el Bien y sobre el Mal.
Y llueve sobre iglesias, mezquitas, sinagogas,
sobre canchas de tenis, jardines, acueductos,
sobre el pálido joven
que toma su café leyendo el diario.
llueve sobre la Plaza del Recuerdo,
llueve sobre el Palacio de Justicia.
(De Alrededores, 1998.)
me envuelvo en el primer poema. tanto dolor. tanto poeta. susana zazzetti.
ResponderEliminarAmbos poemas están insertos en la poética de Máximo Simpson. El ser desvalido que clama justicia ante la indiferencia de la lluvia, que lava los recuerdos, la justicia y los rostros del Mesías.
ResponderEliminarGracias Artesanías por brindarnos esta lectura.
¡Tanta desolación! ¡Tanto clamor del hombre y hasta de su Dios desamparado! ¡Qué poeta, Máximo, que con tu palabra se nos estremece el nacimiento!
ResponderEliminarAldao, gracias por brindarnos esta lectura.
CF.
El poeta sigue " oyendo" y " gritando" el canto sagrado, a través de sus magníficas letras.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
OÍD...
ResponderEliminarun poema, una elegía, una elocuencia que roza el dolor y la soledad. Esa es mi sensación profunda y cabal de este poema de Máximo.
andrés
Su virtuosismo se agiganta con el tiempo.Siempre me emociona y siempre me deja sin palabras, me deja sin nombre y sin apellido.
ResponderEliminarMaría
Impagable ! Un lujo leerlo! Gracias !!!
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