La hora de las palabras*
La
lectura es un puerto de partida, un viaje, una aventura, una ventana, un
horizonte. Los libros nos hacen por dentro, aún los que no leímos forman parte
de nuestra subjetividad. Se derraman en adjetivos en nuestras charlas: quijotesco,
dantesco, kafkiano. Se entrelazan con las imágenes del cine y con los cuentos
que nos narraron. Se hacen amigos nuestros que comparten el hastío de la
espera. Descubrimos que hay autores, personajes que pensaron y sintieron
como nosotros y pueblan nuestra soledad. Nos vuelven detectives que buscan lo
escondido del iceberg. La literatura tiene muchas formas de nombrar y contar
los pocos temas elementales. Los libros son escaleras para escaparse de la
banalidad. Instrumentos para reflexionar. Maneras de salir de un mensaje
único que la sociedad de masas (a través de los medios de comunicación) tiene
preparado para nosotros. El sentido de la vida puede estar en la línea de un
libro, o quizás el sentido sea su búsqueda. Ese viaje nos dará el placer de encontrar
fulgores dormidos en sus páginas que algunas veces se despiertan con nuestra
mirada.
Cristina Villanueva
Cristina,
ResponderEliminarUn hermoso homenaje y sentido a la literatura, un canto celebratorio del libro. ¡Felicitaciones!
Germán Cáceres
G.M. dijo que una imagen vale más que 100 palabras ¡Nada menos que ella Gabriela Mistral!
ResponderEliminarYo por suerte no acuedo con ella en esta era de lo visual, ni nunca.
Acuerdo contigo. Gracias
Graciela Ur.
Gracias Cristina siempre nos encontramos y "te sigo " con interés y respeto . amelia
ResponderEliminarAdemás que la palabra es lo esencial que nos identifica como seres humanos, aquellas impresas nos ayudan a manejar mejor los conflictos personales y los contextos sociales apremiantes.
ResponderEliminarNo sé quién dijo que somos lo que leemos.
Hermoso texto en valoración a la palabra que nos abre y también restaura.
Un texto exquisito. Mi comentario es solo acompañar en la interpretación.
Felicitaciones, Cris, y saludos.
MARITA RAGOZZA