viernes, 20 de abril de 2012


 
José María Lima 

(Puerto Rico, 1936-2009). Autor de los poemarios Homenaje al ombligo (1966, junto a Ángela María Dávila), La sílaba en la piel (1982), Rendijas (2001) y Poemas de la muerte (2009).  Los poemas que siguen son de La sílaba en la piel
  
¿Por dónde anda mi nombre?

Con sangre de palomas
apretada en el pecho
y desgarrando penas arrugadas,
en mitad del camino
le ha sorprendido el viento.
Un ruido de gendarmes
le atravesó la cara
que traía sostenida en la diestra.
En medio de la noche
le ha sorprendido el tiempo
y un coro de medios-niños
le señaló la ruta
que lleva hasta el dolor
de las fieras hambrientas.

¿Por dónde anda mi nombre?

Por las esquinas duras
de los jueces sin carne
y sin dolor en el cerebro.
Por entre pequeños abogados
de túnica sangrienta,
por entre soldados
con la mitad del cuerpo
hecha de roca estéril
y entreabierta.

¿Por dónde anda mi nombre?

Por entre las piernas rígidas
de un esqueleto musical
y la barriga sonora
de un contador público.
Mi nombre anda por entre
las estepas cerebrales
de un magistrado
hecho de manteca celeste.
Mi nombre baila en la cabellera
de un ángel
hecho plomo y pólvora.
(Mi nombre se sostiene peligrosamente en
la nariz de un obispo honrado que estu-
dia el movimiento de la bolsa cuando le
queda tiempo después de comer niños.)

Mi nombre tiene una arruga
en la frente
y tirita de frío
bajo la planta de un coloso indigestado.
Mi nombre tiene un ojo antiguo
que parpadea de vergüenza
frente a las nalgas
del odio empaquetado,
envuelto en papel de regalo, transparente.

Pero mi nombre es nombre
y nada más.
Se gasta.
Se va consumiendo poco a poco
en la moneda.
Mi nombre no resiste
la avalancha de sombra
que inventó el abuelo
o quién sabe si antes
cuando alguien golpeaba la piedra
y hacía los templos
que después le cayeron encima.

Mi nombre tiene la mejilla
cubierta de musgo
y una flor amarilla muy pequeña
deshechada en su pelo.
Tiene hábito de dormir
debajo del dolor congelado
que heredó de los siglos.
. . .

4 comentarios:

  1. Angustia existencial en el maravilloso decir del poeta; buscador de sentido, arrastra su nombre y congela el tiempo.
    Gracias Artesanías por traer la voz de José María Lima
    Ofelia

    ResponderEliminar
  2. Un poeta que con un lenguaje angustioso y potente ahonda la sílaba de la piel y nos produce escalofríos de goce en su lectura.

    ResponderEliminar
  3. A través de vías intuitivas el poeta madurado en el dolor busca el sentido de la existencia.
    Poema que me deja " una arruga en la frente".
    Excelente publicación.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar
  4. El nombre , el que nos identifica , nos viste , nos desnuda
    El nombre que algunos malditos borraron para quedar N.N.
    Conmovedor poema.
    amelia

    ResponderEliminar