CINE: Detachment
Responder la
pregunta que le da título a este texto es un poco complicado, al menos para su
servidora que se ubica dentro de la categoría “corazón de pollo”. Tal vez haya
lugares o situaciones en los que sea más fácil mantenerse al margen, evitar
“sentir” o “preocuparse” por algo; sin embargo hay veces en las que es
imposible no prestar al menos un poco de atención a determinado asunto, aunque
no tenga nada que ver con nosotros. ¿De qué depende nuestro grado de interés en
las cosas? ¿Será que conforme pasa el tiempo nos hacemos más indiferentes,
incluso con nosotros mismos?
Seguramente este
tipo de preguntas se las hizo Tony Kaye (Historia americana X, 1998) cuando
pensó en hacer esta película cuyo título es simplemente Indiferencia (Detachment).
Esta cinta forma parte de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional
y para sorpresa de muchos (entre ellos yo), resultó más entretenida y reflexiva
de lo que parece.
A través de la
mirada de un profesor de literatura de secundaria, la película refleja la
indolencia que existe en la sociedad actualmente. Henry Barthes (Adrien Brody)
llega a dar clases a una escuela de niños problema en un espantoso barrio de
Nueva York, lo cual ya es bastante complicado; sin embargo, debido a su semblante
triste y actitud aparentemente apática, desde el principio nos damos cuenta que
hay otra cosa que lo mantiene perturbado, deprimido y resignado. Algo que en
gran parte se debe a la soledad y a un trauma familiar que arrastra desde la
infancia.
Las semanas que
permanece en esa escuela son más que suficientes para darse cuenta del pequeño
universo en el que se metió, con maestros que también tienen conflictos
personales además del que ya representa trabajar en una institución así; unos
con una enorme vocación por enseñar y otros que lo hacen por mera necesidad. De
igual forma, hay alumnos tanto problemáticos como sumisos; los que tienen
interés por aprender y los que no quieren hacer nada con su vida. Y aunque esta
situación pueda parecer ya muy choteada dentro del cine, créanme, no se parece
ni tantito a las demás comedias de alumnitos y profes de medio pelo que
abundan.
Por otro lado,
la cercanía con una joven que Henry “rescata” de la prostitución y la relación
con su abuelo que está internado en un asilo, y que por momentos parece que es
solamente un “deber”, son dos factores que hacen que experimente sentimientos a
los que no está acostumbrado en el mundo de la docencia y que indudablemente
enriquecen la historia.
Es extraño,
aunque el tema y la historia son bastante tristes, no es una de las películas
que te hacen necesitar Kleenex todo el tiempo. No es esperanzadora, no es
optimista, no tiene un final feliz y sobre todo, no pretende resolver nada ni
dar una lección. Las relaciones interpersonales que se viven dentro de la
escuela sólo son el ejemplo que ilustra lo que sucede en la realidad, y es esto
precisamente lo que nos deja reflexionando y la razón por la cual la cinta debe
ser vista.
Al final,
Indiferencia resulta ser una de esas películas que debido a su carácter
independiente y de bajo presupuesto, pasan sin pena ni gloria; sin embargo,
cuenta con actores que vemos con frecuencia en cualquier producción
hollywoodense como Lucy Liu, Christina Hendricks o el mismo Brody, quienes de
vez en cuando se dan licencia para filmar una historia sólo porque les gusta y
no por el dinero que recibirán a cambio.
Si tienen
oportunidad de ver este drama en la
Cineteca , créanme, seguro no se arrepentirán. ■
La vi y la recomiendo. No es una película más sobre profesores fracasados y estudiantes violentos. Su problemática se refiere a toda sociedad humana de nuestros días, no solo en USA.
ResponderEliminarIndiferencia es toda una definición encerrada en una palabra, intentaré verla, C.A.T.
ResponderEliminarMe entusiasma sobremanera ver esta película por varios motivos. Los nombres de Adrien Brody y James Caan son garantía de excelentes actuaciones y de buenas películas, el original final (¡que ya me lo contaron!) y ahora la recomendación de Ester.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
Realmente maravillosa...!!! Una película que todos los padres, deberían ver. mirtag
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