Primer Día (prosa poética)
Apresura el paso. Debe estar allí justo a tiempo.
Llega antes que todos, aún hay silencios húmedos en el aire de la tarde.
La mujer se sienta sobre una verja en espera.
Abrió ya su paraguas para protegerse. La llovizna la entristece.
La calle comienza con bullicio de niños y de padres felices.
Es la primera vez.
También es la primera vez para ella.
No la ven bajo el árbol, bajo su paraguas de fiesta, no le sonríen. Nadie notaría una abuela bajo la llovizna.
La mujer se persigna, la tristeza no le da respiro.
Es la lluvia piensa, es solo la lluvia.
El ruido y las risas crecen, es un día de alegrías. Se puso ropa nueva, se peinó y maquilló como para un inicio, como para un abrazo, como para un recuerdo.
ES una fiesta se insiste, solo esta tristeza… y es la lluvia.
Ella aparece con trencitas, medias verdes, zapatones y pollera con tablitas.
La remera blanca.
En la boca una sonrisa tímida, escondida detrás de su mochila.
La mujer cruza la calle y le desea un hermoso primer día, se toman una foto y se besan.
Después se va bajo la lluvia.
Al doblar la esquina se le quiebra el pecho. Los pedazos caen en añicos al suelo.
Los junta, como puede. Alguno ya rodó por los desagües, los acomoda y sigue.
Es la lluvia se dice, es la lluvia que me trae esta tristeza.
Un día cualquiera, de un año que fue, marta comelli
Marta la lluvia contagia el corazón en su lectura y un recuerdo que acomoda la tristeza que contagia.
ResponderEliminarHermosamente escrito y esa piedad que descascara.
Celmiro Koryto
Los tiempos de la reminiscencia. Los días de la nostalgia. El lapso que no vuelve. Solo nos quedan los recuerdos, la pena y la lluvia.
ResponderEliminarUna expresión de melancolía por los primeros días de clase allá lejos y hace tiempo.
andrés
A esa mujer, Marta , triste , ignorada y solitaria , le has dado vida y luz con tu palabra iluminada. Una lluvia mansa y tibia nos embarga el pecho y lo reconstruimos .
ResponderEliminarUn abrazo ,
amelia
La alegría y la tristeza de ver crecer a nuestros nietos, la soledad agazapada y esperando, el corazón que duele. Hermoso, Marta!!
ResponderEliminarEn cada renglón un latido empático con la mujer, sus sentimientos encontrados, la nostalgia por otros tiempos, otros lugares y la misma lluvia.
ResponderEliminarHermosamente emotiva esta página de vida.
Felicitaciones, Marta.
MARITA RAGOZZA
Me emocionó. Muchas veces la lluvia gris y gélida nos envuelve en nostalgia y nos vuelve invisibles para el mundo que pasa y no percibe el mismo clima. Ellos siguen en alegre alboroto iluminado.
ResponderEliminarGracias y felicitaciones, Marta.
Cristina
No puede el lector transitar ésta prosa sin que la lluvia no lo moje, cálido y emotivo relato, Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarEsta sos Marta. Una escritora observadora, sensible, que por esa razón puede llegar y emocionar en un poema o en una prosa.
ResponderEliminarEsta sos Marta.
Lily Chavez