viernes, 24 de febrero de 2012

Patricia Téllez Mellado



Prólogo: Cuando "Los Salones del Alma" llegó a mis manos, su sólo título me provocó inquietud y curiosidad: sin duda era un buen título para, leyendo después, corroborar esa buena primera impresión, con un verso tenso y bien hilvanado, un trabajo minucioso de la poeta Patricia Téllez Mellado. Sus páginas me recordaban la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer y Gabriela Mistral, un no sé qué de las "Fiestas Galantes" de Paúl Verlaine, y así me fui adentrando en estos salones de la fragilidad y el llanto, su atmósfera que logra desde el cual está escrito y desde allí llevarnos del brazo a admirar cada una de sus acuarelas hasta el aguafuerte que sólo puede expresar la poesía, esa intimidad profunda donde coexisten fuertes sensaciones en pugna, ese YO maldito, como dice Patricia Téllez, que viene a perturbar, sus sueños del poeta, el demonio integrado a Dios. (...) Un presentimiento de vacío nos embarga, la sensación de campos arrasados de la psiquis que preferimos sumir en voluntario olvido, duelo sobre duelo, muerte a muerte, escondidas y obviadas, donde la ofrenda del afecto nos recuperaría en integridad, pero no, la pesada piedra del abandono y del dolor conviviendo sin existir como miembro ausente, en cambio, la creencia simulando la integridad, el ser humano menos humano, el dolor sin dolor, lo leve sin sustento, como gota inapelable cayendo vertical en los salones de la desolación:
Ay dolor, único beso de taciturnas bocas.
Roberto Rivera Vicencio  (Escritor)

Nacida un 7 de Febrero de 1958 Patricia es. hija de  Luis Téllez Viera (unos de los precursores y gran folclorista de la Cueca Centrina, y María Magdalena Mellado profesora básica  rural.  Se inició de niña en el campo de la poesía, participó en talleres infantiles, juveniles, Unión de Escritores Jóvenes. Participó en la década de los 70 en el taller Andamio  del programa Nuestro Canto de radio Chilena. Se ha publicado su poemario Los Salones del Alma de la Editorial Animalfabeto  de Chile. Colaboró con revistas  estudiantiles .    Ha sido publicada en la revista y blog de la Sociedad de Escritores de Chile. Se dedica a la investigación folclórica, orientada hacia el estudio  de los orígenes y heraldos de la Chilena o Cueca Tradicional, cuyos estudios los inició con investigador y compositor Fernando González  Marabolí, formando parte de la escuela  Maraboleana.  Ha colaborado  en la grabación del disco del conjunto escuela  LOS CHINGANEROS  Cuecas de Barrios Populares,  e hizo sus aportes  en el libro Por la Güeya  del Matadero  Memorias de la Cueca Centrina.

Poemas de “Los Salones del Alma”

POETA  DE  PORCELANA

Como el  PRINCIPE  FELIZ  aquí  en  mi  alma,
se  erguía  la  estatua  imagen de  un  poeta
desde  un  rincón  de  versos  y  saetas
rimábamos  del amor  su  inmensa  calma.
Él, con  sus  ojos   esmeralda  caía   en  lágrimas
suplicando  a  mi  plumaje  de  poeta
hecho  golondrina  herida  en  las  mañanas
le  ordenaba  con  su  dolor  repartir  estrellas.

Yo volaba  por  sendas  del  olvido
con  mí cajita  de  amor  encarnecida
y  doliente  me  detenía  en  los  caminos
a  vivir  del    amor  solo  quimeras.

EL  PRINCIPE, incapaz  de  amar “lo  daba  todo”
y  me  pedía  en  mis  vuelos  donar  cristales
de  lluvia  que  de  su  alma  iban  saliendo
como  nacen  las  rosas  en  los  rosales.

Mi  vuelo de  corto  alcance ya  del  frió  se  moría
y  ya  me  dolían  tanto  sus  cristales
el  invierno  llegaba
y  mi  humilde  plumaje
ya  iba  decayendo  con  la  escarcha.

Es  tan  hermoso  mi  Dios  ¡MIRALO!
su  rostro de  porcelana  y  sus  estrellas
sus  ojos  mirando  al  infinito
y  cabalgando  dolor  en  las  estelas.
Cómo  cobijarme  “SEÑOR”
hay  tanto  frio
y  mi  plumaje  es  tan  débil  como  la  seda
él  me  pide  repartir  sus  cristales
y  ya  cansado  mi  plumaje  pesa.

Haré  en  sus  frías  manos  de  porcelana
mi nido  para  dormirme en  ellas
en  ese  sueño  tan  profundo  de  la  noche
ese  SEÑOR  donde  nunca  nadie  se  despierta.

Y así,  en  el  Salón  Gris  de  mi  Alma
encontré  la  estatua  de aquel poeta
con  una  golondrina  dormida  entre  sus  manos
y  cubierta con  cristales  de  estrellas.

CONFESIÓN
                   
Cuando viene la noche y en el firmamento
me pongo a contar una a una las estrellas
cansada ya, al rato me duermo
pero haciéndole antes la promesa al cielo

tal vez mañana, termine el cuenteo.

Cuando al salir el sol, escucho en canto de los pájaros
y trata mi lira, descifrar sus gorjeos
busco en las flores la actitud de sus danzas
para saber si están ligadas al viento.

Más, cuando quiero esculpir una lágrima
para formar la sinfonía de un verso
en la última estrofa, queda muda una palabra
y cansada ya, al rato me duermo.

Al despertar retomo mi sinfonía
del largo poema de seguir viviendo
y cuando a veces no me calzan sus rimas
detengo mis pasos, para hacer un recuento.

Y si mañana no gorjeen los pájaros
las estrellas no salgan, y no escuche el viento
la última estrofa, pondrá fin a la frase
y una lágrima abrupta, le dirá que yo he muerto.

Si la rima no calza
y quedo trunco el cuenteo...

... de lo que hice en la vida
juzgará el Señor de los cielos.

Poemas de “Los Salones del Alma”


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