Junto a Spinetta se murió un pedazo de mi temprana juventud de tanguero abierto a lo nuevo, Siempre... Fuesen Piazzolla (renovación del tango) o Spinetta que
Junto a los músicos Charly García y Fito Páez, puso las bases del género en la Argentina de los setenta... (Andrés Aldao y Ester Mann)
Murió ayer en Buenos Aires el poeta más rockero o el rockero más poeta de Argentina. Fanáticos de distintas generaciones de argentinos se conmovieron al enterarse de que Luis Alberto Spinetta, uno de los padres del rock del país sudamericano, había fallecido a los 62 años en la ciudad que lo vio nacer, después de meses de lucha contra un cáncer de pulmón.
Le gustaba la música instrumental y prueba de ello han sido varios de sus discos. También le atraía la fusión del rock con el jazz. Su voz destacó tanto como sus letras, en las que reconocía la influencia de Vincent van Gogh, Carl Gustav Jung, Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche, Foucault, Deleuze, Carlos Castañeda y Antonin Artaud. Apenas había tomado unas pocas clases de guitarra cuando era adolescente. Fue un autodidacta y le salió más que bien. Spinetta nació el 23 de enero de 1950. Tuvo cuatro hijos: los músicos Dante (líder de Illya Kuryaki and the Valderramas) y Valentino y las actrices Catarina y Vera.
Creó su primera banda en 1967 con sus amigos del colegio San Román, en el barrio porteño de Belgrano. Se llamó Almendra. Tenía 17 años y juntos lograron convertirse en pioneros del rock argentino. En 1971 formó otro grupo histórico: Pescado Rabioso. Su disco Artaud fue considerado uno de los mejores del género en Argentina. Sin embargo, cambiaba permanentemente de bandas. Dos años después integró Invisible; en 1977, Banda Spinetta; en 1979, volvió con Almendra y en 1980 creó Spinetta Jade.
A partir de los ochenta inició su carrera solista. Con Charly García compuso un éxito, Rezo por vos, y con Fito Páez grabó un disco en el que se destacaron temas como Folis verger. Como solista compuso El mono tremendo, Muchacha (ojos de papel), Rutas argentinas, Me gusta ese tajo, A estos hombres tristes, Plegaria para un niño dormido, Durazno Sangrando... y muchísimas más. Todas ellas fueron un éxito en América Latina. Entre 1994 y 1999 tocó acompañado de Los Socios del Desierto, aunque volvería más tarde a tocar solo. El 4 de diciembre de 2009, antes de cumplir 60 años, organizó un concierto con todas las bandas de su carrera que llenó el estadio del Vélez Sarsfield y duró más de cinco horas. Allí tocó junto a Páez, García, Ricardo Mollo, Juanse y Gustavo Cerati, otra estrella del rock argentino que lleva un año y medio en coma. Su última actuación había sido hace un año.
En julio pasado Spinetta hizo público que padecía un cáncer. “Estoy muy cuidado por una familia amorosa, por los amigos del alma, y por los mejores médicos que tenemos en el país. Me encuentro muy bien, en pleno tratamiento hacia una curación definitiva”, se esperanzaba El Flaco, como lo llaman y lo seguirán llamando en toda Argentina y el resto de Latinoamérica. “Si la lluvia llega hasta aquí voy a limitarme a vivir. Mojaré mis alas como el árbol o el ángel o quizás muera de pena”, cantaba Spinetta.
NURIT, ANDRÉS , ES VERDAD SE VA CON ÉL PARTE DE NUESTRA JUVENTUD.
ResponderEliminarABRAZO . AMELIA
La muerte de Spinetta me puso de cara al exilio, de cara a la realidad de los 36 años perdidos en otro país. Toda la discografía, la creatividad de Luis Alberto, sus nuevas canciones, los distintos conjuntos por los que participó y fundó, la poesía tan personal y rica en hallazgos fueron puntualmente ignorados y robados de mi vida social fuera de los ecos del gran poeta emocional y surrealista que conquistó y deslumbró a varias generaciones argentinas. Todo Spinetta y toda la nueva música, el nuevo tango, flamantes nombres de la literatura, la música, el arte... todo me fue quitado por mi condición de exiliado... Y cuando podía volver porque la dictadura desaparecida, no pude hacerlo para no desarraigar a nuestros hijosque vivían en otro planeta. El internet, el correo electrónico, el youtube compensan en parte la ausencia y las falencias, pero ya es tarde: la vida nos pasó...
ResponderEliminarDura es la muerte... hablo de las dos muertes, la última de ellas puede sobrevivir aunque más no sea en la causa. Lamento ambas
ResponderEliminarMaría
Hay varias clases de muertes, y casi siempre son irreversibles.
ResponderEliminarEste resumen agita la memoria de este gran artista, uno de los más coherentes dentro del rock argentino maravilloso que tenemos.
MARITA RAGOZZA
Tengo la sensación de que con los papeles muy mojados, una muchacha abandona el alba corriendo hacia el ocaso. Las muertes son como las bienvenidas: un abrazo del que cuesta soltarse y un tiempo atrás que ya no vuelve. Adios.ElsaJaná.
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