Interminable ojo
en todas las noches
satélite del mar y la mujer
nácar imposible
en dislocado horizonte.
Mis ojos abrazan su luz
y quedo tambaleante
un hilo de ópalo se desprende
y articula melodía
inaudible al oído humano.
Los antropos tocamos la luna con los ojos
ella muere pero no muere
es la Luna de Galileo
la de Kepler
“la de enfrente” de Borges
la que explotó frente a lo monjes de Canterbury,
la luna de los celtas y los chinos.
de los egipcios y los griegos,
de los neoyorkinos y los pehuajenses,
de los mapuches y los araucanos,
la de Catriel, Pincén, Calfucurá. . .
Oculta siempre una de sus caras
en búsqueda de sí misma
arca de lágrimas petrificada
plata dormida sobre una llama
En la ardiente piel de la noche
mi sufrimiento es un luna-r
donde la niña espera la respuesta
arrojada a la inmovilidad de los sueños.
La luna envejece cuando la miro
y sin embargo
su música me servirá de mortaja.
Inédita, enero2012 - MARITA RAGOZZA DE MANDRINI
La luna legendaria y contemporánea, algo de tristeza y un conmovedor poema.
ResponderEliminarComo siempre es un gusto leerte, querida amiga, te deseo un muy buen año.
Betty Badaui
Maravilloso poema Marita .Me pregunto que sería de la luna sin los poetas, solo un satélite frío.
ResponderEliminarUn poema musical que arrulla.
Un abrazo Marita . Ah y gracias por el inédito.
amelia
Tal vez el ritmo, quizás la pureza de su blancura, pero el poema se hace música en el oído, gracias a la autora.
ResponderEliminarCelmiro Koryto
Marita, este poema me trae reminiscencias de música tocada en clavicordio y arpa, voces lejanasm tanto como la distancia de la luna, un satélite que temía durante mi primera infancia. Muy logrado!
ResponderEliminarSolo un gran poeta puede hallar la originalidad con la eterna protagonista nocturna de nuestras curiosidades, ciclos, misterios, los versos nos arrullan, las imágenes nos deslumbran, un poema querible de principio a fin, saludos, Carlos Arturo Trinelli
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