CRISTINA VILLANUEVA

A Benito, Uma , Huayra, al tiempo que vivimos transpirado de historia y de sueños.A Norberto que no los pudo conocer,  pero parte de  su vida  sigue en ellos .

Queridos todos

 Fiesta, me di cuenta,  es acompañar los cambios de la vida con alegría.No una alegría cualquiera, vacía, consumista, casi obligada.La alegría viene después de la bronca por lo perdido. Más desolador el vacío cúanto más lo queremos compartir. La alegría se opaca en la rabia y la tristeza.Es como una hermosa obra de  arte de los pueblos que tenemos en casa  y no guardamos para los grandes momentos  la vivimos.Por lo tanto  tiene  rayas, roturas en la perfección, caídas..Esa insolvencia humana, ese estar tan expuesto al rayo de sol que  de pronto cesa y nos deja en la noche.Esa fragilidad que nos atormenta y nos arrabia y que hay que atravesar para llegar  a la alegría. Una alegría  no de Dysney , una alegría con agujeritos.. La alegría de la vida que sigue, que cambia,. que nos envuelve en el vendaval de todo lo que debemos volver a pensar.  Los grandes dicen   que  antes todo  era mejor, los jóvenes  que  lo nuevo por serlo  es lo mejor, es más sencillo. Elegir, seleccionar, buscar, aunar, traducir de un tiempo al otro, es un esfuerzo. Un  maravillosos trabajo,  un hilo en  el camino de armar la historia con lo que cambia y lo que permanece.  

Una tarea que, a veces, nos pone los ojos listos para encontrar el resplandor  efímero de la verdad y  la belleza.  

Cristina Villanueva