Amanecer la vida
Mi paso lento por Rivadavia
anochecida
Recuerdos de muerte atrasan
mi llegada
Descubro baldosas, tanteo leones
de madera
Mi corazón se cierra
De repente allí, la vida, el juego
y vos
Nuestras breves fiebres descubiertas
Allí la vida tibia como
el algodón
Poblamos de ternura la calle equivocada
El guiño impertinente,
amanecemos la vida
Elongando
el sol, las manos,
mi corazón atento
tu corazón atento
tu piel, mi piel
…alertas…
Telegramas poéticos urbano/sentimentales donde el diálogo compromete al lector en un yo a yo que deleita en su simpleza.
ResponderEliminarNo puedo dejar de leer los poemas a Buenos Aires o las canciones a Buenos ya vengan del tango o del rock nacional. La ciudad en sus cambios, en los que también estamos inmersos, genera nuevas sensibilidades, pero sigue siendo una poderosa fuente de inspiración. Muy lindos poemas
ResponderEliminarCristina