ERNESTO RAMÍREZ

Carrusel  

está ahí fuera

desde el diario pasado

hacia el infinito se proyecta

y no para de crecer

a donde mires o escuches

se manifiesta y cunde

gira la gran ilusión centrífuga

gira y gira rabiosa

desprendiendo ecos que iluminan

el iris rectangular

de este cuarto de pensión,

promiscua

abraza el aire denso de ronquidos

de flatos oliendo al virus más antiguo,

ilusión pues como tal miente

miente en las risas

que sin cuerpo escalan frontispicios 

en las bocinas con prisa

y los veloces pentagramas ebrios

levantando vuelo aquí y allá

como bandada de ruidos

migrando en ciclos de siete noches,

miente el alma consumida 

del rescoldo de averno

repitiéndose 

entre mi mano y mi boca

y su socia de vidrio

ya casi sin alma junto a mis zapatillas

y los que tras las paredes roncan

solos y olvidados

como todos

mintiéndose hasta en sueños,  

y al obeso consorte mentiroso

miente la conserje gorda

que arrodillada en la penumbra

de mi se embriagó

miente el niño que de noche mendiga

para nunca amanecer

el policía que guarda el orden

que desordenado nació

y el nuevo día

pues sólo su atuendo lo es

mienten los ejércitos aplastando

lo que dicen defender

y el célibe y su punzante falda obscena,

se miente la madre

en el primer llanto del bebé

al pensar extenuada “si llora todo está bien”

mienten todos los bien respondidos

y los gemidos también

sobrevivimos centrifugados en la estupidez

mas creemos estar bien

pues bien,

bien es la gran mentira

que enciende a diario este brutal carrusel

para aplacarlo en la madrugada

y volverlo a encender.