"La lectura nos da una imagen del mundo"
El escritor afirma que leer es un ejercicio de concentración, de reflexión y de conexión con el universo
Dice que escribe "para ser amado de un modo específico" Y que intenta ser un artista por "vocación y por destino"
Al aterrizar en Buenos Aires, bajo una niebla espesa y un cielo gris, Juan José Saer tuvo la impresión de estar en una ciudad "fantasmal y medio vacía de gente". Superado el mal trago del vuelo desde París, su ánimo era el mejor porque, como dijo: "Siempre que llego me siento eufórico". .Sencillo y cordial, de memoria y humor notables, se muestra tan a gusto que hasta recita un poema de Jorge Luis Borges. Se percibe que perdura en él el afecto por los suyos y por su tierra santafecina. Puesto a hablar sobre la incidencia de la lectura en la literatura, el autor de "El limonero real" (Seix Barral), que acaba de reeditarse en la Argentina , dijo: "Prefiero la lectura a la escritura, porque leer es siempre un gran placer y, al mismo tiempo, un ejercicio de concentración, de reflexión y de conexión con el mundo".
Mientras recordaba su arribo a París en 1968, el año del mítico "mayo francés", Saer contó con humor: "Llegué tarde. Me enteré acá por televisión. Ya me perdí varias revoluciones". Y dijo tener la impresión de que están volviendo las vanguardias, como las que alumbró la cultura del 68. .-
En "El arte de narrar", dice usted que no importa cómo se llame la ciudad donde se esté, porque siempre se está en la tierra natal. ¿Así lo siente? .
-Eso tiene dos explicaciones. Por un lado, uno lleva los signos de su origen adonde va y está modelado por los primeros años de su existencia, por la lengua materna, por las primeras impresiones. Pero hay otra explicación contraria. Yo creo en la unidad total de la especie humana. Nuestros límites perceptivos, intelectivos, todo lo que podemos juzgar y ver es siempre a partir de nuestra percepción, de la que no podemos escapar. El universo es como la casa natal. El lugar de todo hombre es el universo. El hombre vive, al mismo tiempo, en su barrio y en el universo. Por otra parte, la patria es la infancia. La pertenencia a valores abstractos puede cambiar. La infancia, la lengua y las primeras impresiones totalmente intransferibles sirven de medida del mundo. Me siento más que nada argentino y no tengo otra pertenencia.
.-En tren de hablar de la lengua literaria, ¿escribe usted en español o en francés?
.-Escribo siempre en castellano y a mano. Ese español tiene que tener la huella de la lengua hablada del litoral argentino, porque es mi lengua natal y no es el español genérico. Sólo he escrito en francés dos o tres pequeños textos literarios para entretenerme. Cuando hablo en francés, en una conferencia, improviso, es decir, no tomo notas. Me ha pasado con varios de mis ensayos que fueron conferencias improvisadas en francés y luego traducidos al español.
.-¿Es usted escritor vocacional o por destino?
.-Prefiero el término vocación, porque la palabra destino requeriría una explicación filosófica. El destino es puro objeto de azar la mayor parte del tiempo. Quizá podríamos combinar ambos términos en forma crítica. Uno intenta al mismo tiempo ser artista por vocación y por destino. Por voluntad consciente y racional de ejercer ese oficio, y por un conjunto de razones desconocidas que nos empujan a escribir sin saber por qué. Yo no sé por qué escribo. Barthes comenzaba un magnífico texto con esta frase: "Se escribe para ser amado". Con el tiempo me di cuenta de que esa frase no es cierta, porque todo lo que hacemos es para ser amados. Cuando escribimos, lo hacemos para ser amados de un modo específico. Lo misterioso es que sea a través de la escritura. Ser amados por lo que escribimos es una singularidad misteriosa.
.-En "La narración-objeto" usted critica las industrias culturales. ¿Cómo han modificado éstas los propósitos y las manifestaciones de la cultura? .-No está ni bien ni mal que una obra literaria o pictórica se transforme en un valor de cambio. La fatalidad de un objeto bello y único es que quien tenga los medios pueda poseerlo. Pero el problema está cuando el proceso se invierte. Es cuando el galerista le dice al pintor que haga 30 cuadros porque van a llegar cuatro o cinco coleccionistas norteamericanos. En EE.UU., por menos de 600 páginas, un editor no publica un libro. Porque ya ha calculado el tiempo que le lleva a una ama de casa leer un número determinado de páginas por día y a cuánto deben venderlo. Sólo al final se preocupan por lo que le pone adentro.
.-¿Cómo incide la lectura en la escritura?
.-Para mí, la lectura es un gran placer. La prefiero a la escritura, porque yo no escribo en forma placentera, me cuesta mucho y lo hago en forma muy laboriosa. Ahora estoy escribiendo una novela para dentro de dos años. Al mismo tiempo, la lectura es una especie de puente, una pasarela a través de la cual es necesario transcurrir para poder tener una imagen del mundo. En nuestra época es imposible tener una visión aproximativa del mundo sin la lectura. Por eso es tan importante que los chicos sean alfabetizados y lean.
.-¿Por qué unos autores y no otros se convierten en referentes en el universo de los lectores?
.-Hay afinidades selectivas y misteriosas. Hay escritores que marcan generaciones. Borges y Arlt (Roberto) marcaron a la generación del 60. Antes de los 60 se estaba con Borges o con Arlt. A partir de nuestra generación se entendió que un escritor no es el más culto o el que escribe con menos errores, sino el que tiene un mundo personal y coherente, que expresa su totalidad en cada texto. Eso define a un escritor como tal. La intensidad de ese mundo le da un valor universal. .
Respuestas inteligentes a preguntas bien formuladas sientan la tentativa doctrinaria de un excelente escritor. Carlos Arturo Trinelli
ResponderEliminarMuy buenas respuestas. En el último párrafo ,donde dice que un escritor es "el que tiene un mundo personal y coherente, que expresa en su totalidad en cada texto..." se metió en una de mis pesadillas: ¿Que tengo que decir? ¿Vale la pena comunicar mi mundo personal?
ResponderEliminarGracias
Cristina
".-Para mí, la lectura es un gran placer. La prefiero a la escritura, porque yo no escribo en forma placentera, me cuesta mucho y lo hago en forma muy laboriosa."; CONTESTA SAER con SU PROVERBIAL SABIDURÏA
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