Amorino
''El uno lo ha escrito o dicho en un libro,
el otro en una pintura''.
Vincent Van Gogh
Entramos a '' LA BRERA '' y el primer cartel visible anunciaba, ''no flash'', acomodé la cámara. Sabía que como en todos los museos encontraría una imagen que me desdoblara el alma, a la que no pudiese resistirme.
El responsable del ingreso preguntó, ''¿' no flash?'', y yo asentí.
No me desprendería de la única imagen que provocase un lagrimón llegar a mi boca amargo, sabio. No me desprendería de la única, que me tocara la piel dejándola como si la hubiesen limado con lijas hasta arder. No soportaría desprenderme de esa, casi imposible a los ojos del ser humano común.
La tomé. Era ''La Virgen y su Niño con Santa Elizabeth y el Infante San Juan el Bautista'' de Jacques Blanchard.
Claro que no pude contenerme ante la fina, dulce, imagen, y sagrada. La tomé. La tomé para mi piel herida, mis ojos heridos, mi estómago latiendo, la boca llenándose de inevitables lágrimas gruesas.
Después bebimos café con helado de limón en ''Amorino.'' Los ángeles miraban desde la paredes rústicas de aquel bar en callecitas pequeñas donde la gente se agrupaba para sus almuerzos. Mediodía de café, para recuperar la impaciencia del estómago, la tardía esperanza de que cedieran, el ardor de la piel, el silencio que anudaba las voces, y un helado de limón, en la expectativa de que desapareciese ese sabor amargo en la boca de lágrimas.
Caminamos absortos, incrustados en la pinturas que nos enmudecieran, la maravilla del hombre respetándose en el tiempo, dándose a los otros venideros.
Me sorprendió tu caminar tranquilo a mi lado, simulando que no habías estado allí. El impacto se sentía en tus pasos y en tus no-palabras, creo que ni siquiera notaste, que a pesar de tus apuros permanentes habías cedido ante la magia.
Nos tomamos del brazo y caminamos lentos, juntos, por un rato, sin decirnos nada digno, de ser dicho en el momento.
* LA BRERA , uno de los mayores museos de Milán en piezas expuestas, con muestras permanentes y circunstanciales de pintores y escultores siglos XVII en adelante.
Hermoso relato. Como una pintura nos puede inspirar. La belleza en suma es lo que nos inspira.Sobre todo a ti, siempre nos has regalado relatos a nuestro Boletín basado en retratos en pinturas,hermosos todos.Te admira.
ResponderEliminarEduardo Planas
Hermoso relato pero además hay algo más allá del cuadro, de su deslumbramiento, me encantó Marta "tu caminar tranquilo a mi lado simulando que no habías estado allí....y los dos renglones que siguen". Dejaste mi corazón latiendo de amor amiga. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
Querida Marta , una pintura en movimiento diría... un poema ...una emoción.
ResponderEliminarBuenísimo.
amelia arellano
El arte es la música del alma.Lo comunique en la pintura en la letra o en la mesa...mas en pareja es el sumun
ResponderEliminarAmorino ( una sucursal que visite en Salzburg hace un mes) es una heladería fuera de serie y su afiche más que afiche parece una pintura en donde a un cucurucho le han hecho con helado de vainilla y chocolate pétalos de crema formando una flor campanilla dejando un hueco en su centro donde lo llenan de cerezas al amaretto y el conjunto es deliciosisimo.
Un gusto saborear tanto tus letras como el helado.Sellan un buen recuerdo.
Celmiro Koryto
Marta, tus cuentos y poemas son el espejo de la profundidad sencilla, la serenidad, el lenguaje que acentúa la belleza de tu escritura... la pintura, el paseo: "Nos tomamos del brazo y caminamos lentos, juntos, por un rato, sin decirnos nada digno, de ser dicho en el momento". Encomio tus cuentos, Marta.
ResponderEliminarAndrés
" La maravilla del hombre respetándose en el tiempo . . ." quizás sea una de las frases que hicieron temblar y quedarse en mi corazón,durante este relato cuya lectura brinda tanta placidez.
ResponderEliminarFelicitaciones, marta, y cariños.
Coincido con los comentarios precedentes querida Marta, gracias por este bello relato y por tu foto con sombrero !!! Saludo y bendición, Alfredo Lemon
ResponderEliminarPareciera todo dicho en los comentarios precedentes y sin embargo me atrevo, vi, sentí y disfruté,excelente relato, Carlos Arturo Trinelli
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